Desde hace un par de semanas el gobierno autorizó de manera discreta el movimiento de varios mandos regionales de las disidencias a la región del Caquetá para llevar a cabo la reunión de la cual entregaron conclusiones el sábado 15 de abril.
En ella informan: “… De parte de las FARC EP existe voluntad política para allanar los caminos que nos permitan llegar a la paz con justicia social… Esperamos que esta vez la paz sea real y completa, con la participación directa de nuestro pueblo”.
Al día siguiente, en un acto político convocado por organizaciones sociales, todos los altos mandos de ese grupo declararon: “Anunciamos ante todo el mundo que nuestros delegados a la mesa de diálogo con el Estado colombiano en cabeza del gobierno nacional ya están listos para el 16 de mayo, esperamos se pueda concretar la instalación oficial de la mesa”.
Las preguntas que surgen son: ¿Tiene este grupo un estatus político? ¿Quién otorga este estatus?, Al parecer el gobierno tiene varias explicaciones pendientes frente a esto, pues no hay mayores pronunciamientos.
Por otro lado, aunque su máximo líder “Iván Lozada” alias “Mordisco” (quien Iván Duque dio por abatido en su gobierno) dijo el día de ayer: “Todas las delegaciones ratificamos la subordinación al EMC”. No es claro si en realidad todos sus frentes persiguen los mismos objetivos y si tienen los mismos principios.
Lo más preocupante son las múltiples denuncias de asesinato de líderes sociales que tiene este grupo, como en el Cauca, donde tienen azotadas a las comunidades indígenas porque estas se oponen a ser obligadas a la siembra y procesamiento de coca en sus territorios.
En Saravena, Arauca, este grupo instaló una bomba contra la sede de las organizaciones sociales y puso precio a la cabeza de líderes y lideresas de la región.
Además, integrantes del partido Comunes, las mismas organizaciones sociales, así como una reciente investigación de la revista RAYA confirman Antonio Medina, líder de las disidencias en esa región, ha trabajado para el Ejército después de desertar de las FARC en 2009, como lo confirma un documento de Justicia y Paz.
Según el analista Jorge Mantilla, “La idea del Estado Mayor Central es un artificio que existe en la imaginación de las disidencias y ahora en la del Gobierno Nacional”. Para Mantilla, el Gobierno no parece comprender que se enfrenta a un grupo que está fragmentado, que no posee una dirección clara ni la suficiente experiencia política, pues todos los mandos son relativamente jóvenes.
Está pendiente saber que va a pasar con el llamado de paz al ELN hecho por parte del jefe de este grupo; y más aún, que piensan los firmantes del acuerdo del 2016, ya que han sido víctimas de estos grupos y reclaman cumplimiento de los acuerdos de paz.
FUENTE colombiainforma
