Ligia Bolívar, investigadora y defensora de derechos humanos en venezolana, recordó este 29 de octubre que se cumplieron 33 años de la masacre de El Amparo, estado Apure, en la más absoluta impunidad.
La investigación profunda de los hechos donde fueron asesinados 14 pescadores a manos de fuerzas militares en el caño La Colorada, en el entonces Distrito Páez, fue suspendida por Carlos Andrés Pérez como presidente de la república.
Luego de su deposición, su sucesor en el gobierno Ramón José Velásquez intentó indultar a los responsables señalados de haber cometido la masacre.
Después en el segundo mandato de Rafael Caldera no se le dio cumplimiento a la sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y finalmente, en los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro algunos de los perpetradores del crimen han ejercido funciones públicas, entre ellos el recordado Ramón Rodríguez Chacín.
Cuando se cumplieron 32 años de la masacre el señor Wolmer Pinilla, uno de los 2 sobrevivientes de la balacera que le propinaron a sus compañeros de faena y de vida integrantes del Comando Específico José Antonio Páez.
En su humilde vivienda encontramos a Wolmer Pinilla reparando una tarraya para irse a pescar, el oficio que ha desempeñado toda su vida y que hace 32 años lo hizo ver muy cerca el rostro de la muerte, sólo unos segundos lo separaron a él y a José Augusto Arias de engrosar la lista de víctimas.
El tiempo parece que se detuvo allí en la calle La Colorada en El Amparo como le llaman al sitio donde construyeron unas viviendas rurales para resarcir a las víctimas.
El nombre se lo pusieron para nunca olvidar el lugar donde ocurrió la masacre que fue en el caño La Colorada, una zona distante del casco del pueblo.
Las sencillas viviendas con un diseño de los años 90 se mantienen en similares condiciones al igual que la economía de sus residentes que hacen de la pesca su modo subsistencia.
Tres décadas después del suceso Wolmer sigue pidiendo justicia para las víctimas de aquella violación de derechos humanos, que a pesar de transcurrir el tiempo sigue presente el dolor en todos ellos.
«Hoy se cumplen 32 años de la masacre que enlutó al pueblo venezolano, todavía no se ha hecho justicia, ni en los gobiernos de la cuarta y la quinta república, nosotros como sobrevivientes seguimos pidiendo justicia y que la masacre no se quede impune», exigió Pinilla.
Por la masacre de El Amparo Wolmer Pinilla y José Augusto Arias fueron perseguidos, detenidos y hasta asilados en México. El gobierno de la época quiso mostrar el caso como un enfrentamiento de los organismos de seguridad con guerrilleros.
Fue gracias al apoyo de los habitantes del pueblo en un principio que pudieron salvar sus vidas de los órganos represivos del Estado y la justicia que buscaba tapar todo.
Luego la participación de defensores de derechos humanos, organizaciones no gubernamentales y universidades sirvieron para limpiar los nombres de los pescadores.
«Primeramente a Dios, luego al río Arauca, le debo mi vida al agua, también a este pueblo después que se enteraron de la existencia de algunos sobrevivientes nos esperaron y fuimos resguardados por el pueblo de El Amparo, aquí todos nos conocemos y la gente sabía que la versión del gobierno de la época no era verdad».
La necesidad de justicia sigue intacta como en el primer día. Pinilla exige a las autoridades actuales que los autores intelectuales y materiales paguen por el crimen.
En sus manos cargaba durante la entrevista un papel con todos los nombres de los responsables de la masacre donde figuran los del general Humberto Camejo Arias, el coronel Enrique Vivas Quintero, quienes eran los coordinadores del Comando Específico José Antonio Páez y el jefe nacional de operaciones de la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención, Disi…