Las propiedades de la mandarina la hacen idónea para ser incluida en una dieta sana y saludable. La mandarina es el fruto que mayor similitud guarda con la naranja. Destaca por tener un alto contenido en agua y una cantidad importante de minerales y vitaminas. De origen asiático, es el resultado de las diversas especies de cítricos que conocemos como mandarino.
Propiedades de la mandarina
La mandarina es una de las frutas preferidas por los españoles. Solo en el año 2.018 el consumo de mandarinas en España fue de 5,60 Kilos por habitante, alcanzando el sexto lugar en el ranking de las frutas más consumidas. Aunque siempre ha estado a la sombra de la naranja, en realidad la mandarina tiene una serie de propiedades que la hacen estar a su altura. A continuación, nos gustaría destacar algunas razones por las que su consumo es más que recomendable.
Vitamina C para reforzar nuestro sistema inmunitario
El contenido en vitamina C de la mandarina es de sobra conocido por todos. Pese a que la vitamina C de la mandarina es algo menor que la que contiene la naranja, ingerir dos o tres piezas al día puede ayudar a prevenir resfriados, gripes e infecciones. Su consumo es altamente recomendable durante los meses de invierno y en los cambios de estación, ya que su capacidad antiinfecciosa es capaz de estimular la formación de anticuerpos.
La vitamina C también es beneficiosa para ciertas inflamaciones crónicas como el reuma, para enfermedades de carácter infeccioso e incluso para el cáncer. Estas enfermedades generan una disminución de la Vitamina C en el plasma, de manera que el consumo de esta fruta suple en parte esa carencia.
Perfectas para recuperarse después de un esfuerzo físico
La gran cantidad de minerales y vitaminas hacen de la mandarina una de las frutas más aconsejables para los deportistas, y es que pueden resultar muy beneficiosas si son ingeridas después de realizar un gran esfuerzo físico.
A su contenido en vitamina C, hay que sumarle los carotenoides y el potasio. Esta combinación permite una rápida reposición de los minerales y los líquidos que se han perdido como consecuencia del ejercicio físico.
Tienen un efecto diurético
El consumo de mandarinas también ayuda a reducir el ácido úrico de nuestro organismo. Su alto contenido en agua, potasio y ácido cítrico tienen un efecto diurético, facilitando la eliminación del ácido úrico y las sales. También permiten alcalinizar la orina y contribuir al buen estado de la vías urinarias.
Protege el corazón
Precisamente por su contenido en Potasio son idóneas para aquellas personas que sufren afecciones en el corazón, en los vasos sanguíneos y para aquellos que padecen hipertensión.
Permiten controlar el colesterol
La pectina de las mandarinas reduce de manera importante el colesterol perjudicial (LDL), disminuyendo al mismo tiempo el riesgo de padecer problemas cardiovasculares y promoviendo el colesterol bueno.
Las mandarinas ayudan a controlar el colesterol combatiendo los radicales libres. Estos radicales libres son capaces de oxidar el colesterol y permiten al mismo tiempo que este se adhiera a las arterias.
Ayudan a absorber el hierro
Aunque las mandarinas no contienen mucho hierro, es la combinación con la Vitamina C la que hace que se absorba el hierro con mayor facilidad. En caso de padecer anemia ferropénica nuestro organismo produce un bajo nivel de hierro. Las mandarinas pueden resultar, en combinación con otros alimentos (ricos en hierro), idóneas para recuperar los niveles de hierro adecuados.
Pero la vitamina C no solo ayuda a absorber con mayor facilidad el hierro, sino que también permiten producir un mayor número de glóbulos rojos, por lo que es especialmente recomendable para personas que sufren anemia, un problema bastante frecuente en mujeres que se encuentran en edad fértil.
Aportan fibra para prevenir problemas intestinales
La fibra de las mandarinas se encuentra principalmente en la parte blanca que hay en la parte inferior de la piel y que en ocasiones desechamos. La mandarinas son una fuente importante de fibra que permite combatir algunos problemas como el estreñimiento. Su contenido en fibra consigue estimular la motilidad intestinal.
Al mismo tiempo la fibra también favorece el tránsito intestinal, disminuyendo el tiempo de contacto entre la pared del aparato digestivo y posibles sustancias nocivas, ayudando a la absorción de grasa y contribuyendo al control de los niveles de azúcar en sangre. El efecto saciante de esta fruta también la hacen aconsejable para personas que sufren diabetes y exceso de peso.
Contienen Vitamina A, Calcio y fósforo
La vitaminas A que tiene una mandarina es superior a la que contiene en una naranja. La vitamina A es un factor relevante a la hora de mantener un estado óptimo de la piel, del cabello, de los huesos, de la vista y de las mucosas. Por su parte, el calcio y el fósforo permiten, junto con la vitamina C, un desarrollo mucho más sano de los dientes y las encías.
Consejos para conservar adecuadamente las mandarinas
Para finalizar nos gustaría realizar algunas recomendaciones con el fin de conservar adecuadamente las mandarinas. Una mala conservación afecta negativamente a la fruta que incluso pueden perder algunas de sus propiedades.
Lo idóneo es almacenarlas en un ambiente fresco y con suficiente ventilación. Al almacenarlas, debemos de tratar de no amontonarlas demasiado para que no se humedezcan o se mojen. También es necesario no almacenarlas por un tiempo excesivo.
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