El tenue llanto de un bebé llamó la atención de los sepultureros y el personal de limpieza del cementerio municipal de Porlamar, quienes al indagar el origen de los gemidos se llevaron la sorpresa que entre dos tumbas estaba un recién nacido.
De inmediato se comunicaron con la Dirección de Protección Civil para dar parte del hallazgo.
De inmediato se presentaron funcionarios de Protección Civil, VEN911 y Polimariño quienes recogieron al recién nacido de entre las tumbas. “Afortunadamente los trabajadores del camposanto escucharon el llanto y avisaron”, expresó uno de los funcionarios en las acciones de recuperación del neonato.
Con la celeridad del caso, el infante fue llevado al hospital central Luis Ortega, donde recibe el amor que le negó quien lo trajo al mundo.
Los médicos que lo atienden aseguran que está en buen estado. Las enfermeras comenzaron acciones por las redes sociales para solicitar pañales, fórmulas lácteas y otros insumos que requiere.
Las investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas apuntan a localizar a la madre irresponsable que cometió el despreciable acto.
