Carlos Carrillo, delegado de la Junta de Acción Comunal de la vereda Monserrate, expuso las preocupaciones de la comunidad, durante la jornada de atención social integral que se desarrolló en ese sector con la asistencia de diversas instituciones.
Son aproximadamente 500 familias en riesgo de inundación, que temen perder sus animales, cultivos y propiedades. “Las parcelas el año pasado tuvieron más de 30 mil alevinos que se fueron por la inundación”, recordó Carrillo.
La situación también afectaría una vez más a los estudiantes de la zona. Sin embargo, hasta ahora se ha tratado el tema con la Unidad para la Gestión del Riesgo, pero ellos dependen de la maquinaria que destine la Gobernación, mientras que ellos tienen asegurado el combustible para apoyar los trabajos.
La situación de la escuela… Agradeció al alcalde por acercar la administración a las comunidades, pero más allá de ello pidió soluciones de fondo. “Un ejemplo es que se puede corroborar que la escuela se está cayendo de a poco.
El alcalde y el gobernador estuvieron ahí, porque el agua tumbó las paredes. Se comprometieron a asignar unos recursos para la reubicación o invertir recursos para la reparación”, comentó el líder comunal.
Lamentó que no hay otra alternativa por lo tanto los niños reciben clases en el lugar.
El plantel educativo atiende a considerable cantidad de menores migrantes que sumado a los nacionales pueden llegar a unos 400 alumnos, entre ellos unos 50 colombianos que residen del lado venezolano.
Por otro lado, recordó que desde el año 2016 se mantiene el problema de no poder contar con un presidente de Junta de Acción Comunal en la zona por la situación compleja que viven. “Lamentamos lo ocurrido con nuestro presidente, William “Mitú” Espinoza Braga (víctima de un atentado en el que murió su hijo), pero es necesario evaluar ese tema, sentarnos y definir el futuro administrativo de la vereda”, aseveró Carrillo.