Varios altos oficiales venezolanos toman café y oyen vallenatos con un jefe de la guerrilla del Eln, alias ‘Garganta’, que mató a tres sargentos de la Guardia Nacional en el estado Amazonas. El individuo, de nombre Luis Felipe Ortega Bernal, tiene privilegios en el recinto militar Fuerte Tiuna, en Caracas, donde está recluido.
El capitán Juan Carlos Nieto Quintero, tras salir de prisión, luego de ser acusado de conspirador contra la dictadura, concedió una entrevista a la periodista Sebastiana Barráez que fue publicada este domingo en el portal de noticias Infobae, el cual está bloqueado en Venezuela.
¿Qué pasa cuando alias Garganta llega a Policía Militar de Fuerte Tiuna?
El jefe de reclusión capitán Arturo Rosario y su auxiliar el capitán Johan Rojas, van todos los días para el área donde está alias Garganta a desayunar, a almorzar, a tomar café y a escuchar vallenatos, con él.
¿Qué?
Sí, le dan a alias Garganta trato preferencial, supongo que por orden del general que a su vez las recibe del Alto Gobierno, lo que nunca recibió ningún oficial de nuestra Fuerza Armada.
Esos dos capitanes del Ejército, se manejan como sus amigos. Esa situación se está viviendo ahí; todos los oficiales del Ejército, de la Policía Militar, que montaban guardia, amigos de un jefe guerrillero del Ejército de Liberación nacional (ELN), responsable del asesinato de tres miembros de la Guardia Nacional.
Todos los oficiales que montan guardia se van para allá a compartir con ese individuo, el cual acabo con la vida de miembros de la Fuerza Armada. Denuncio esa situación y estoy dispuesto a ir a donde sea a testificar, porque es indignante que hayan matado a compañeros de la Fuerza Armada e hirieran a un Teniente Coronel con el cual compartí bastante en la Escuela de Formación de Oficiales (Efofac). Por eso hay que denunciar los niveles que hay de amistad entre el Ejército y jefes guerrilleros.
¿Quien visita a alias Garganta?
A él lo visitaba una muchacha, que me imagino, que sería la esposa. Sin embargo a él le llegaban encomiendas de comida casi todos los días, cuando nos estaba prohibido a nosotros los oficiales, porque no se podían recibir encomiendas dentro de la semana. Garganta recibía encomiendas un día por media o el día que él necesitara.
¿Qué tipo de encomiendas?
Bastante comida; y como el hombre es muy hábil, le daba comida a los capitanes y a toda esa gente, por eso es que los militares se van para su celda a compartir con él, porque los tenía comprados. Es un trato demasiado preferencial.
¿Tenía teléfono?
No lo llegué a ver, pero sé que tenía teléfono. Para las facilidades que le daban a él, meter un teléfono era algo muy simple. Esa situación sé que era del conocimiento del General; había instrucciones específicas de dejarle pasar todo porque allá los periodos de adaptación era de 30 días de incomunicación para cualquier oficial y este sujeto de una vez tuvo puerta abierta, salía a caminar por los pasillos, era totalmente preferencial.
¿Él está en las antiguas celdas de Policía Militar o en la nueva que fue reforzada y donde están los generales Raúl Baduel y Miguel Rodríguez Torres?
Alias Garganta está en la antigua, la de de mínima seguridad, que era donde yo estaba. No me extraña que en cualquier momento se les escape ese sujeto.
¿Usted conversaba en algún momento con él?
Hablé con él una sola vez, lo saludé y escuché unos comentarios que él hizo, entre ellos que estaba muy seguro de que pronto iba a salir en libertad, pero no conversé más con él, porque eso iba en contra de mis principios.
¿Había otro guerrillero detenido ahí? Porque a él no lo detuvieron solo.
Meses atrás estuvo un miembro de los paramilitares, cuyo nombre no recuerdo, pero el trato fue totalmente distinto. Al paraco lo dejaron seis meses incomunicado, encerrado en su celda, sin visitas, ni recibir encomiendas. Lo sé, porque yo pasaba todos los días frente a su celda.
¿Qué otra persona vio usted que visitara a alias Garganta?
Vi a un abogado extraño que lo iba a visitar. No parecía abogado así que no sé si realmente lo era, porque iba con cajas de comida y logística para él.