Laudy Cárdenas participa de diversos programas en varias emisoras comunitarias del municipio de Tame (Arauca). En ellos expone diversas problemáticas que padecen en su región, pero se enfoca en el abandono en el que han estado las víctimas del conflicto en esta zona del país. Por esta razón se animó a hacer parte de la convocatoria lanzada por la Agencia de Renovación del Territorio (ART) para formar a jóvenes, mujeres y líderes como periodistas comunitarios a través de una serie de talleres y seminarios. La idea era se atrevieran a exponer lo positivo que sus zonas.
“Queremos mostrar lo bonito, lo lindo, la cultura, la resiliencia que hemos tenido, pero no queremos desconocer la realidad que nos aqueja, a pesar de haber pasado por el proceso de paz y de que en realidad podemos respirar tranquilos, todavía tenemos un flagelo que nos atormenta mucho: el reclutamiento forzado de nuestros jóvenes. Algo de lo que realmente poco se habla”, afirma Cárdenas, quien además es líder comunitaria de Tame.
A ella, por ejemplo, la motiva a participar en estas iniciativas “el desconocimiento de las mismas víctimas sobre las leyes y decretos que han salido a favor de ellas. Estoy segura de que estos canales de comunicación son la herramienta clave para informar, incluso a las personas que están en el último rincón de nuestro departamento, que no saben sobre estos temas”, asegura.
Dentro del proyecto de la Red de Reporteros Comunitarios en el que participó Laudy se llevaron a cabo capacitaciones en redacción, redes sociales, fotos y videos, en 21 municipios de Arauca, Putumayo y Norte de Santander. Así mismo, se pretendió fortalecer las emisoras comunitarias de estos lugares.
Martin Rincón, proveniente del municipio del Tarra (en el Catatumbo), quien se levanta todos los días a las 5 a. m., prende muy temprano los micrófonos de la emisora comunitaria en la que trabaja, y motiva a las personas de su región para que se levanten con el pie derecho. “Yo lo hago más por pasión que porque sea un trabajo. En realidad soy comerciante pero me gusta mucho hablar de la realidad del Catatumbo, y no solo hablo de la violencia que siempre nos ha aquejado sino de todo lo que El Tarra puede ofrecer como, por ejemplo, varios sitios turísticos”.
Aprovecharon para hacer varias preguntas de cuáles son los procesos para publicar a diario las noticias y el contacto con las fuentes.
Menciona además que es la misma comunidad la que financia la emisora y que hacer parte de un proceso como este le ha ayudado a empaparse de lo que no se dice normalmente. Reconoce que la comunicación es un tema relevante en su sociedad y que por eso es necesario trabajar en ella.
Tanto Laudy como Martín viven en zonas que han sido afectadas por la guerra y buscan, desde las emisoras en las que trabajan, impactar a la mayor cantidad de población que puedan, aunque los números en este caso no importan mucho, porque si logran cambiar el pensamiento o ayudar así sea a una sola persona, la tarea está hecha.
En Arauca y el Catatumbo el acceso a las nuevas tecnologías no es fácil, tampoco el acceso a través de vías y no son muchas las oportunidades laborales. Pero eso no ha sido impedimento para que, desde sus municipios, los dos le aporten un granito de arena a su comunidad.
Los sueños de los más jóvenes
Michelle Vélez es otra joven que hace parte de ese conjunto de personas que quiere contar lo bueno, lo bonito. Terminó su carrera como Comunicadora Social y Periodista en la Universidad del Quindío y decidió retornar a su pueblo natal, Orito, en el departamento de Putumayo. Allí, aliada con un colectivo de jóvenes, está trabajando en la creación de una emisora comunitaria para darles voz a todas las personas de su región y crear espacios distintos en los medios de comunicación.
“Somos muchos los que creemos que es importante abrir espacios de cultura, de información y donde todos puedan hablar sin que haya un sesgo político o religioso”, dice.
No se requieren años de experiencia para hacer algo bueno por los demás y Andrés Bolívar, otro reportero comunitario, da muestra de ello. Oriundo de Fortul (Arauca) y próximo a graduarse como bachiller, ya tiene claro que en su rol de periodista puede cambiar la realidad de su región.
Sabe precisamente qué es lo que quiere oír cuando mencionen a su municipio: “la comunicación es la base de la paz y por eso quiero hablar de la gente amable, de que las puertas en mi pueblo están abiertas, de la cantidad de cultura que hay y de que allá se reúnen demasiadas etnias importantes para el país”, afirma Andrés.
Incluso, menciona que en la ruta para llegar al Nevado del Cocuy hay que pasar por Fortul y que esa es una oportunidad para hacer conocer todo lo bueno que tienen por ofrecer. Hace énfasis en que el trabajo con los jóvenes en esta zona debe ser prioritario para alejarlos de las malas decisiones y acercarlos a nuevas y mejores realidades.
Estas iniciativas, la mayoría empíricas, buscan cerrar la brecha entre los medios masivos y los medios comunitarios.
Así es como trabaja Édgar Mauricio Pérez, también de Tame (Arauca). Tiene un programa radial en la emisora Institucional de su municipio y aprovecha ese espacio para hacer que funcionarios del municipio rindan cuentas, haciéndoles preguntas “incómodas pero necesarias”.
“La sección se llama ‘El papayazo’, dura media hora, e invitamos a alguien de la Alcaldía o a algún funcionario para preguntarle cosas relacionadas con el municipio.Se trata de empoderar a los jóvenes para que empiecen a preguntar y a reclamar”, explica Édgar.
Pero no solo desde lo noticioso se puede hacer algo. Yenny Ibarra, otra de las participantes de la Red de Reporteros Comunitarios del municipio de Puerto Guzmán (Putumayo) trabaja en un programa musical de su pueblo. “Pongo canciones de todos los géneros y para todos los gustos. Se llama ‘La Rockola’ y, en algunos espacios, compartimos información de interés. Sin embargo me gustaría contar con más apoyo para que las familias y demás personas se adueñen de ese espacio”, asegura.
Por supuesto que no solo los temas sociales y de turismo son buenas noticias, los programas medio ambientales también hacen parte de este proceso de cambiar los paradigmas negativos de las sociedades.
Precisamente a esto se dedica Narly Gómez, quien se inició como reportera ciudadana en Saravena (Arauca). Menciona que el aviturismo es uno de los fuertes de la región «y entonces intentamos darle más relevancia a este tema”, agrega.
Todos estos jóvenes hacen parte de la Red de Reporteros Comunitarios, estrategia a través de la cual se pretende fortalecer a las emisoras y medios de las regiones. Esto, con la generación de contenidos, sostenibilidad, formulación de proyectos, autogestión y veedurías ciudadanas.
Noticia tomada del eltiempo.com.