La señora Hilda Braga, habitante del sector Playitas, denunció de manera vehemente el abuso y exceso cometido por funcionarios de la Policía del departamento de Arauca, el pasado martes en el barrio Fundadores.
El atropello se produjo luego del asesinato del patrullero de la Policía Carlos Darío Nieves.
Braga comentó que su hijo iba a la iglesia cristiana en el barrio Fundadores y cerca al estadio lo retuvieron y le revisaron un bolso donde sólo llevaba una biblia, una libreta de apuntes y el teléfono celular.
“Él inocente ni sabía lo que había pasado, porque en las zonas periféricas los vecinos tardan en enterarse de las noticias. Lo dejaron quieto y siguió caminando, pero más adelante lo volvieron a retener y le preguntaban si estaba mojado, que con quién iba”, explicó la humilde mujer.
Pese a no tener ningún otro elemento que lo relacionara con el homicidio del uniformado procedieron a la detención ilegal, además le propinaron golpes con los pies y lo señalaban por el hecho del cual ni tenía conocimiento que había ocurrido.
La mujer contó que a su hijo lo llevaron a la estación de Policía, lo agredieron con palabras obscenas, lo lanzaron sobre una valla y lo esposaron como si se tratara de un delincuente.
La ciudadana denunció el caso ante los superiores de los actuantes y les reclamó por la golpiza que le propinaron. También interpuso una denuncia ante la Procuraduría y solicitó a los entes correspondientes que actúen y el hecho no quede impune.
“Que hagan controles pero no abusen de los inocentes”, exigió Braga.
El joven es un músico de una iglesia cristiana y nunca ha estado involucrado en ningún hecho ilegal, por lo que exige revisar la conducta de los funcionarios y reclamó que dejaron al inocente libre sólo después de haber capturado a los responsables, por lo que la detención ilegal pudo haberse convertido en un falso positivo.
