Luego de conocerse los cuatros atentados contra la infraestructura petrolera, Ecopetrol rechazó tales hechos y anunció los planes de contingencia. A su vez, el ministro de Minas y Energía manifestó que de continuar la suspensión del bombeo podría estar en riesgo el suministro de gas en el centro del país
Ecopetrol, a través de un comunicado, indicó que “rechaza enfáticamente estas acciones ilícitas que ponen en riesgo la integridad de las personas, afectan gravemente el medio ambiente y el bienestar de las comunidades vecinas a la infraestructura petrolera”.
“Es muy triste haber hecho un esfuerzo, haber mantenido tres meses de paz donde al parecer se logró restablecer, donde las comunidades de alguna manera adquirieron confianza en que sí se podía mantener un proceso de negociación y reducir las acciones violentas y de pronto en el primer día tenemos un evento de estos que es absolutamente deplorable”, aseguró Arce.
El oleoducto Caño Limón-Coveñas sufrió tres atentados en los departamentos de Boyacá y Arauca, el primero fue en la vereda La Cañaguata, en Cubará (Boyacá) a unos pocos metros de la vía La Soberanía, produciendo la caída de crudo en un caño seco en una extensión de 300 metros lineales aproximadamente.
Los otros dos ataques se reportaron en las veredas La Granada y Miramar en Saravena Arauca) y el producto quedó contenido en el cráter que dejó la explosión.
Por lo que la compañía anunció que el “personal técnico y profesional de la empresa ingresará a los puntos afectados para realizar la limpieza y la reparación del ducto cuyo bombeo se encuentra suspendido”.
Respecto, al atentado que se registró en cercanías al pozo Cupiagua, sector de Plan Brisas, vereda Volcán Blanco, municipio de Aguazul (Casanare), Ecopetrol manifestó que se suspendió el bombeo y se alertó a las comunidades de la zona sobre los riesgos de una posible fuga de crudo y gas.
La petrolera también rechazó el asesinato de un trabajador de Cupiagua, tras recibir varios disparos.
