En el fallo de 72 páginas con el que confirmó hace una semana la expulsión del capo Miguel Ángel Mejía Múnera de Justicia y Paz, la Corte Suprema reconstruyó uno de los capítulos más oscuros de la negociación de hace una década entre el gobierno de Álvaro Uribe y los grupos paramilitares: el de los ‘narcos purasangre’ colados en un proceso de paz.
Esa situación –que también se está viendo en el proceso con las Farc– fue catalogada por la Corte como una trampa a la paz y a las víctimas, y por eso sacó al sobreviviente del ‘clan de los Mellizos’ de todos los beneficios de la justicia alternativa. Él, en todo caso, terminó extraditado en el 2009 a los Estados Unidos, donde lo condenaron a 14 años de cárcel por narcotráfico.
El alto tribunal advierte que Mejía Múnera, pese a “reputarse y proclamarse” como comandante del bloque Vencedores de Arauca, apenas visitó la región de influencia del grupo paramilitar en tres ocasiones, incluido el momento de la supuesta desmovilización en diciembre del 2005.
Para ese momento, en el país había escándalo por su aparición y la de su hermano Víctor Manuel en el proceso de Ralito. Sin embargo, ellos y otros reconocidos capos terminaron aceptados en las listas de integrantes de las Auc.
Lo que revela el expediente en la Corte es que el flamante jefe del Vencedores de Arauca permaneció la mayor parte de los 5 años durante los que operó ese grupo criminal en Urabá coordinando negocios de droga que su hermano Víctor mandaba al exterior: “Su función era la de recolectar la coca en Colombia y mandarla a los sitios que dijera su hermano (Barranquilla o Tumaco) para él despacharla”.
Incluso, patrulleros del bloque Vencedores de Arauca indicaron que la contribución de Miguel Mejía Múnera a ese grupo “se limitó escasamente a lo económico, apartándose de asuntos esenciales como la planificación y determinación de acciones militares”. Esa labor la tuvieron realmente dos de sus lugartenientes: José Peña Tobón y Jorge Yesid Baena.
“Estas bandas de narcotraficantes buscaron escudarse en una inexistente conformación paramilitar, o mejor, pretendieron dotar de ese cariz a sus agrupaciones, en aras de acceder a la pena alternativa”, dice el fallo.
La Corte les da crédito a las declaraciones del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso,quien señaló que Arauca era una de las zonas más difíciles a las que las autodefensas no habían podido llegar y que los ‘Mellizos’ se fueron “acercando ofreciendo donaciones a los grupos de los Llanos y, finalmente, le propusieron (a Vicente Castaño) que por qué no les daba ese frente”.
La Corte señala que Miguel Mejía adquirió, como si se tratara de una “concesión de franquicias”, el bloque Vencedores, y que lo hizo para “potenciar su negocio personal del narcotráfico, mediante el enlace del transporte de la droga por rutas controladas por otros frentes paramilitares hacia puertos donde operaba su hermano, Víctor Mejía”.
En el fallo, la Corte concluyó que está debidamente probado que Miguel Ángel Mejía pagó a Vicente Castaño dos millones de dólares para hacerse con el bloque Vencedores de Arauca y que habría gastado entre 18 y 20 millones de dólares más para el sostenimiento del grupo ‘para’.
“Pese a haber ingresado a las Auc no cambio su rol de traficante de drogas. No ejerció una genuina comandancia del bloque, a pesar de presentarse como su máximo líder. Estuvo prácticamente ausente de Arauca, zona de influencia del bloque, y en la época en la que supuestamente perteneció a las Auc incrementó sus ganancias por narcotráfico”, puntualizó la Corte.
Por lo anterior, señala al ‘Mellizo’ en la lista de los “narcotraficantes puros”, entendidos como aquellos que “sin abandonar su condición de traficantes de drogas, posaron de paramilitares comprando la membresía”.
Miguel Ángel junto con su hermano Víctor iniciaron su actividad delincuencial a finales de la década de los años 80 y conformaron el ‘clan de los Mellizos’, dedicado al tráfico de cocaína a gran escala entre América Latina, Estados Unidos y Europa.
“Entre 1994 y 2000 envió a diferentes países del mundo cerca de 56.000 kilos de cocaína, que era adquirida por Miguel en el territorio nacional especialmente a integrantes de otros bloques de Autodefensas como Miguel Arroyave, Cuco Vanoy y Rafa Putumayo”, indicó la Corte. La droga era sacada en lanchas rápidas de puertos cercanos tales como Puerto Velero, Playa Mendoza y Salinas de Galerazamba, a barcos de su propiedad o alquilados que esperaban en alta mar para ser cargados con el alcaloide.
por eltiempo.com