La Fiscalía General de la Nación impactó las finanzas criminales de la compañía Jaime Toño Obando del Eln, luego de localizar y destruir un laboratorio destinado para el procesamiento de clorhidrato de cocaína.
Un fiscal de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico llevó a cabo una labor de investigación, con la que servidores del CTI llegaron a zona rural del municipio de Santacruz de Guachaves (Nariño) donde estaba oculto el laboratorio.
El laboratorio estaba cubierto por árboles de más de 50 metros de altura y tenía dos estructuras de madera, tejas metálicas y un recubrimiento de plástico negro. El primer espacio contaba con un albergue para 25 personas y en el segundo había 18 cuartos para el procesamiento de la hoja de coca.
Adicionalmente, en la diligencia se hallaron 3.820 kilos de clorhidrato de cocaína que estaban dentro de canecas plásticas y planchas de secado; 5.062 galones de insumos químicos líquidos y 3.900 kilos de materiales sólidos.
Durante el operativo, miembros del CTI y del Ejército Nacional, fueron hostigados con disparos de fusil cuando se disponían a destruir de manera controlada el laboratorio.
Por otro lado, en el municipio de Fortul, Arauca, las tropas del Batallón de Operaciones Terrestres N.° 27 logran la ubicación y desinstalación de 30 trampas Ardies, en la Vereda San Pedro.
Estas trampas son de origen vietnamita, están compuestas por estacas puntiagudas impregnadas de ácido o excremento, que serían camufladas con maleza o paja, y fueron enterradas con una profundidad de dos metros, con el filo por encima del suelo, es decir que la víctima de este artefacto puedo puede sufrir de gangrena.
Los artefactos fueron instalados por el Eln, Frente de Guerra Oriental, con el objetivo de afectar a los soldados del Ejército Nacional, pues fueron puestas en los lugares donde realizan sus operaciones.