En el departamento de Arauca, frontera con Venezuela, no solo los grupos armados libran una batalla sin cuartel bajo la protección del régimen de Nicolás Maduro, sino que del lado venezolano militares rusos estarían realizando labores de espionaje a Colombia, revela la nueva series de videos de investigación Border Wars, del grupo de expertos en seguridad Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS en inglés) de los EE. UU.
La presidencia colombiana indicó que la rivalidad entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por el control de las economías ilegales en Arauca ocasionan enfrentamientos, homicidios y desplazamientos. El diario colombiano El Espectador reporta que la rivalidad entre los grupos criminales dejaron en enero al menos 50 muertos.
En la frontera colombo-venezolana, dice Border Wars, convergen “el tráfico internacional de narcóticos, terrorismo internacional, crimen transnacional organizado, espionaje, inteligencia, [y] actores externos como Rusia, Irán, China, Hezbollah, Cuba, en un escenario geopolítico nunca visto en Latinoamérica en nuestra historia moderna”.
El propósito bolivariano
La violencia al filo de la frontera colombo-venezolana es mucho más que choques entre grupos armados, dice el portal del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, de Colombia. Están llegando “contratistas militares” rusos a esa zona fronteriza, más allá de la situación de las FARC y del ELN, declaró el director del SFS Joseph M. Humire al diario colombiano El Tiempo, el
21 de enero.
“El propósito del régimen de Nicolás Maduro […] es expansión […] Quieren expandir ese poder a diferentes territorios en Latinoamérica y yo creo que principalmente tienen en la mira a Colombia […], eso es muy parecido al propósito que tiene Putin en Rusia, de expansión de Rusia en sus terrenos cercanos, estamos hablando de Ucrania […]”, comentó Humire. Moscú, agregó el experto, tiene conocimientos y experiencia en temas de conflictos de fronteras, sabe cómo “debilitar una frontera para quitarle la soberanía y desmantelar la democracia de otro país”.
Por ende, Maduro “está manipulando”Humire. La creciente tensión en la frontera con Venezuela “le da el pretexto perfecto a Maduro para pedir y recibir más apoyo militar de Rusia o de Irán, y de paso incrementar su presencia militar en la frontera con Colombia. Busca decir que ellos están luchando contra el narcoterrorismo, cuando sabemos muy bien que los narcoterroristas están dentro de su régimen”, agregó.
Vigilando a Colombia
En un recorrido por el río Arauca a bordo de un bote de asalto de la Armada Colombiana, el SFS detectó en septiembre de 2021 que las señales telefónicas son intervenidas por el sistema de radar móvil P-18 ruso del lado venezolano, en los estados de Táchira y Zulia.
El ministro de Defensa de Colombiano Diego Molano aseguró que “para Colombia no es ninguna amenaza si hay un despliegue militar de Rusia en Venezuela; sin embargo, hay una alta presencia militar de la fuerza pública [colombiana] en varios puntos fronterizos, con la finalidad de garantizar la seguridad en el país”.
Actualmente, se adelantan operaciones militares con más de 6800 militares colombianos en Arauca, que cubren cerca de 450 kilómetros de frontera, indicó el Ejército de Colombia el 6 de enero.
Consecuencias
Sin embargo, la presencia rusa en la región tiene consecuencias, advierte Humire. “Rusia tiene una estrategia geopolítica más grande que simplemente una transacción de venta militar”, dijo.
Venezuela ha gastado miles de millones de dólares construyendo su defensa con la ayuda de Moscú, desde aviones de combate y helicópteros de ataque hasta radares sofisticados y lanzamisiles, el diario estadounidense San Diego Union Tribune reportó el 22 de enero. Moscú le ha dado a Maduro aviones no tripulados Orlan 10 y radares P-18; equipos que Rusia utilizaba en Siria, Libia y Ucrania en zonas fronterizas, comentó Humire.
Frente a la actuación criminal y terrorista en el departamento de AraucaMolano anunció el 20 de enero que “se fortalecerán las inteligencias y las operaciones por parte de la fuerza pública. Un grupo especial de inteligencia reforzará el trabajo para desmantelar las estructuras criminales de las disidencias de las FARC y del ELN, y se activará el mecanismo antiterrorista de forma permanente en los municipios araucanos”.
