La Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó el miércoles la petición que hizo el Gobierno de Nicolás Maduro al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de investigar los ataques recientes en la frontera colombo venezolana.
«Se trata de una estrategia de argumentos engañosos, desinformación y propaganda que busca desviar la atención de la comunidad internacional y eludir su propia responsabilidad, algo habitual en el régimen chavista/madurista», dice el comunicado.
El canciller Jorge Arreaza informó, hace un par de semanas, que el gobierno venezolano le pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que investigue la violencia en Colombia.
Esta petición del Gobierno de Maduro ya había sido rechazada por la Cancillería y por la Vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez. Y, la semana pasada, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Claudia Blum, informó que la cancillería remitió una comunicación al secretario general de la ONU y al presidente del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas sobre la «grave» situación que se vive en la frontera «debido al apoyo que da el régimen ilegítimo venezolano a grupos armados organizados narcoterroristas».
La OEA, además, señaló en la misiva que «la dictadura pretende culpar sin pruebas ni justificación al Gobierno de Colombia por los hechos ocurridos en territorio venezolano y ensuciar los progresos que el país ha hecho hacia la paz».
Por otro lado, la organización afirma que los ataques y bombardeos se generaron por «las operaciones indiscriminadas del aparato militar del régimen» y lo culpan de se «cómplice» de «actores criminales y terroristas que se encuentran presentes en territorio venezolano gozando de total impunidad».
Finalmente, la Secretaría General de la OEA pidió a la comunidad internacional «redoblar esfuerzos» para atender a los desplazados en los departamentos de Arauca y Apure.
La semana pasada, el gobernador del departamento fronterizo de Arauca, José Facundo Castillo, reconoció que existe «preocupación» por la situación de inmigrantes venezolanos que se encuentran en su territorio y no quieren regresar a su país.
La situación en esta área se ha intensificado por el desplazamiento forzado de más de 5.000 colombianos y venezolanos que han llegado a los municipios de Arauquita, Saravena y Arauca.
