El nuevo comandante del Ejército, general general Luis Mauricio Ospina, tiene tras si una historia particular que, aunque simbólica, deja ver el cambio de rumbo que puede tomar la institución.
El año pasado, siendo director de la Escuela Superior de Guerra, permitió que Rodrigo Londoño, Timochenko, exjefe de las Farc, les diera una charla a los estudiantes. El hecho generó una gran molestia en el gobierno Duque, según le contaron fuentes a SEMANA. Tanto que el primer mandatario llamó a los generales Zapateiro y Navarro, y les compartió su enojo.
Al interior de la institución, ese hecho no cayó bien tampoco. Algunos consideraron que una persona con un pasado criminal no tenía nada que aportarles a los jóvenes en su formación militar. Por otro lado, nadie se podía explicar cómo podía entrar Timochenko al corazón y símbolo de las fuerzas armadas, como lo es la Escuela de Guerra, sin que nadie lo notara.
La situación solo se conoció mucho después de que esa invitación hubiera ocurrido. Por poco, esa clase le cuesta su carrera.
Fuente: Revista Semana