El exfutbolista Freddy Rincón, que disputó tres Mundiales y anotó algunos de los goles más importantes para su selección en la década de los noventa, ha fallecido este miércoles por la noche a sus 55 años, después de sufrir un trágico accidente de tránsito en la ciudad de Cali.
El exjugador había ingresado el lunes a la Clínica Imbanaco, que ha confirmado la muerte de Rincón.
El recordado volante de la selección Colombia y del Real Madrid, que se desempeñaba como comentarista deportivo, hizo parte del grupo de estrellas que pusieron en el mapa al fútbol colombiano a finales del siglo pasado.
Nacido en Buenaventura, un puerto sobre el Pacífico, el mediocampista comenzó su carrera como jugador profesional en el club Independiente Santa Fe de Bogotá en 1988. Como internacional, hizo parte de la generación dorada que se clasificó de manera consecutiva a tres mundiales, y anotó 17 goles para la selección de Colombia.
Después de ganar dos títulos nacionales con el América de Cali en 1990 y 1992, pasó al Palmeiras de Brasil, y en 1994 dio el salto a Europa para vestir la camiseta del Nápoles, en Italia.
La siguiente temporada, en 1995, llegó al Real Madrid, por petición del técnico Jorge Valdano. El club merengue pagó 500 millones de pesetas por su pase. Rincón jugó una veintena de partidos en la liga española, pero se sintió maltratado en el Bernabéu, donde tuvo pocas oportunidades y fue víctima de comentarios racistas y gritos xenófobos de un sector de la hinchada, una etapa de su carrera que calificó como “desafortunada”.
De regreso en Brasil, Rincón jugó en Santos y Cruzeiro, y fue capitán del Corinthians que ganó el primer Mundial de clubes de la FIFA en el año 2000. Incluso se dio el gusto de anotarle en las semifinales al equipo saudí Al Nassr el gol que impidió que el Real Madrid llegara a la final. Sin embargo, la relación de Rincón con el equipo merengue mejoró con los años. Este lunes, la cuenta de Twitter oficial del Real Madrid le había enviado un mensaje de apoyo.
Rincón, uno de los mejores extranjeros que ha jugado en la liga brasileña, fue protagonista de dos de los mejores momentos de la selección colombiana.
“Hizo el gol del 1-1 contra Alemania, que le dio a Colombia el paso a los octavos de final en el Mundial de Italia 90, y marcó dos de los cinco goles en el triunfo de Colombia frente a Argentina por las eliminatorias del Mundial de Estados Unidos en 1994”, en el estadio Monumental de Buenos Aires, recuerda el periodista deportivo Nicolás Samper.
La foto del grito de gol de Rincón, con la boca abierta y los puños cerrados, para celebrar el empate sobre la hora contra Alemania en el último partido de la fase de grupos de Italia 90, es quizás la postal más recordada del fútbol colombiano.
El admirado equipo de Francisco Maturana, que regresaba a la Copa del Mundo después de décadas de ausencia, necesitaba al menos el empate para continuar en la competencia.
En el último minuto, Carlos Valderrama filtró un pase para Rincón, que después de una zancada portentosa definió entre las piernas del arquero Illgner y así desató la euforia del país.
“Ese gol fue una catarsis”, dice Samper, “Colombia estaba contenida por cuenta de la violencia que vivía día a día por el narcotráfico. Incluso, el año anterior (1989) el campeonato nacional había sido cancelado por el asesinato de un árbitro en pleno torneo. Fue un gol que nos dio excusas para llorar de alegría, una sensación olvidada en aquellos años. Fue el más delicioso método para desfogar tanto dolor”.
El gol de Rincón contra Alemania fue el más delicioso método para desfogar tanto dolor
Samper recuerda a Rincón como un portento físico, una mole para cualquier combatiente rival. “Era un futbolista extraordinario que, por desgracia, no pudo mostrar esa versión en el Real Madrid, pero sí en el resto de camisetas que vistió”.