Numerosas pistas clandestinas están operativas en Venezuela y sirven como puente internacional para el tráfico de drogas (algunas cultivadas y procesadas en el país), y para el traslado de minerales (oro, diamante y coltán), producto del extractivismo ilegal.
Así se resume en el Boletín # 31 de FundaRedes recientemente publicado, donde afirma que funcionarios del Estado tienen amplia participación en estas actividades.
La investigación titulada “Pistas clandestinas para tráfico de drogas y oro financian operaciones de irregulares en Venezuela” revela la existencia de una alianza con grandes carteles trasnacionales, donde además participan grupos armados irregulares y Fuerza Armada Nacional, que ha convertido a Venezuela en un gran aeropuerto de ilegalidad, pues a lo largo de 15 entidades federales del país se desarrollan diversas operaciones de narcotráfico.
Según la publicación hay pruebas de la ubicación de estos puertos aéreos en Zulia y Mérida frontera con Táchira, Apure, Amazonas, Falcón, Bolívar, Guárico, entre otras zonas del país, los cuales funcionan pese a la capacidad del Estado de rastrear las aeronaves que sobrevuelan el espacio aéreo nacional y de tener conocimiento de todos los vuelos comerciales, privados, así como los ilegales que ingresan al territorio venezolano.
Detalla que el proceso de ocupación y apropiación de fincas ha permitido a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) hacerse de grandes extensiones de terreno en las que proliferan plantaciones de cocaína y marihuana,
laboratorios de procesamiento de estupefacientes y pistas clandestinas.
“Convirtiendo la frontera en un gran espacio de llegada y salida de vuelos ilegales que movilizan toneladas de drogas hacia Centroamérica, el Caribe, Estados Unidos y Europa”.
El Boletín 31 de FundaRedes cita el informe hecho por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el cual aseguró que se identificaron aproximadamente 400 pistas de despegue ilegales en el estado Zulia, presuntamente vinculadas al narcotráfico del Cartel de Sinaloa en alianza con el ELN de Colombia.
Investigaciones de FundaRedes han permitido constatar la existencia por lo menos de 13 pistas clandestinas en el municipio Pedro Camejo, 9 en Achaguas y 9 en Rómulo Gallegos, en el estado Apure; 4 en la frontera de los estados Mérida y Zulia con Táchira, 6 en los municipios Catatumbo y Jesús María Semprún del estado Zulia, y 4 en el estado Falcón.
“En total, nuestra organización tiene identificadas por lo menos 45 pistas clandestinas que operan en 15 entidades del país para la actividad del narcotráfico ante la mirada cómplice, y en algunos casos con participación de funcionarios del Estado” indica el informe.
De igual manera la ONG pro defensa de DDHH presenta el relato de un ex integrante del Ejército de Liberación nacional (ELN) al que tuvo acceso, quien detalla la operatividad de pistas clandestinas en el estado Zulia, la cantidad de vuelos diarios y toneladas de droga que se movilizan, así como el número de hombres de este grupo criminal que operan en la zona y el tipo de armas que manejan.
El informe revela la ubicación de varias zonas del país donde se han construido pistas clandestinas y las áreas que usan para cultivar drogas tanto las FARC como el ELN, territorios que han sido devastados debido a la tala de grandes cantidades de árboles, para despejar los terrenos y luego comercializar la madera que igualmente les permite obtener financiamiento.
Por otra parte el trabajo de documentación realizado por FundaRedes cita la investigación desarrollada por la Revista Semana (Colombia), que da cuenta de la participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en apoyo al ELN en Táchira y Apure para el desarrollo de estos ilícitos.
Durante años se ha denunciado la actuación de grupo armados irregulares en Venezuela, el desarrollo de sus actividades ilícitas reiterando la exigencia al Estado venezolano para frenar la expansión y operatividad de estas organizaciones terroristas que han encontrado en el país, el apoyo y la permisividad necesaria para continuar con sus rutas de delitos y de crecimiento en el narcotráfico mundial.