La autoridad ambiental de la Orinoquia está a la espera de los resultados de laboratorio para determinar si la muerte fue causada por sustancias químicas de los cultivos de arroz. También investiga muerte de tres delfines rosados en Arauca.
Hace unas semanas, cuando Colombia celebraba el Día del Medioambiente, la comunidad de la vereda Mariara del municipio de Orocué en Casanare denunció en redes sociales la muerte de varias babillas y patos en zonas aledañas a unos cultivos de arroz.
Al enterarse de la catástrofe biodiversa, la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia) adelantó dos visitas de inspección en la zona rural de Orocué, donde evidenció la muerte de por lo menos 500 animales silvestres en cercanías a los arrozales.
Según Albert Jonathan Camargo, subdirector de control y calidad ambiental de la entidad, los pobladores informaron que los arroceros estarían haciendo uso de químicos que resultan contaminando las partes bajas de los esteros, “generando la muerte de la fauna por intoxicación”.
Expertos de la corporación recolectaron varias evidencias en la zona, como pruebas de agua y productos encontrados en las vísceras de la fauna. “Las pruebas de laboratorio fueron enviadas a Bogotá, esperamos tener los resultados a la mayor brevedad posible”, recalcó Camargo.
En el caso de que se pueda determinar que hubo uso de sustancias que afectaron a la biodiversidad, Corporinoquia iniciará un nuevo proceso para identificar a los responsables y ejercer sanciones a las que haya lugar.
En lo corrido de este año, la entidad ha recibido más de 500 quejas por parte de la ciudadanía sobre posibles atentados ambientales, investigaciones que siguen en curso para determinar posibles sanciones pecuniarias.
“Es vital que la comunidad siga comunicándose con la entidad, un primer paso para la preservación del medioambiente y los animales”, indicó José Armando Suárez, director de Corporinoquia.
Muerte de toninas
En el Caño Jesús, ubicado en la vereda Arrecifes del municipio de Arauca, un ganadero denunció dos toninas adultas y una joven muertas a orillas del afluente. “La falta de agua es lo que ha venido afectando a la fauna de este caño. Hace unos dos años había toninas, caimanes y demás animales, hoy ya no se ve todo eso”, dijo Ernesto Jiménez.
Corporinoquia hizo presencia en la zona. “Nuestros funcionarios atendieron la denuncia que realizó el finquero y de inmediato se procedió a levantar evidencias en el sector. También tomamos muestreos de calidad del agua y evaluamos los niveles del afluente”, indicó Camargo.
Sin embargo, los cuerpos de los animales no se lograron ubicar. “Los funcionarios identificaron mala calidad del agua, lo que pudo haber derivado en la falta de oxígeno y con ello, la muerte de la fauna”, dijo el funcionario.
Las muestras recolectadas fueron trasladadas a la sede central de Yopal, donde la entidad espera que se logre determinar si la calidad del agua fue el determinante para la pérdida de los tres ejemplares cetáceos.
Desde 2017, la comunidad viene denunciando que los delfines llegan a las redes atraídos por los peces. Allí, los pescadores ilegales aprovechan para capturarlos, luego les chuzan el dorso y les sacan el aceite. Por cada delfín se pueden sacar en promedio 100 botellas de aceite, que son vendidas a 50.000 pesos.
Camargo señaló que hay temas culturales arraigadas en muchas personas. “Por eso emprendimos una gran tarea por capacitarlos en el cuidado del medioambiente. Hay una lucha constante para evitar que los pescadores usen mallas de nylon monofilamento, prohibidas en Colombia, pero algunos pescadores las compran en Venezuela”.