Daños a la misión evangelizadora con hechos victimizantes relacionados con tortura, secuestro, amenazas y desplazamiento, entre otros, fueron algunas de las consecuencias dejadas por el conflicto armado para los religiosos y misioneros de la Diócesis de Arauca.
La directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander y Arauca, Alicia María Rojas Pérez, destacó el compromiso y voluntad de los integrantes de este sujeto de reparación colectiva (Diócesis de Arauca) por avanzar en el proceso de reparación integral en medio de las difíciles condiciones emocionales y de vida que aún enfrentan como secuela de la violencia.
“Concluimos la primera fase de alistamiento y la primera jornada de diagnóstico del daño donde identificamos las afectaciones de este sujeto de reparación colectiva para iniciar la formulación del plan de reparación con las Víctimas de esta comunidad religiosa”, expresó la funcionaria.
En lo que resta del mes de noviembre y diciembre, la entidad continuará desarrollando las estrategias y planes de implementación para avanzar en los procesos establecidos con este sector de la población víctima de la violencia.
Con actividades lúdicas, acompañamiento psicosocial, entre otras, actividades, la Unidad para las Víctimas, continuará realizando el proceso para la reparación integral de los daños causados de acuerdo con la implementación de la ley 1448.