Las guerrillas del Eln y las disidencias de las Farc están trabajando en conjunto y en simultáneo buscan estrategias para causar más impacto violento y a la vez evadir a las autoridades.
El plan es «contratar a gente que no son milicianos ni parte de los grupos armados, sino que se les paga por cada acción que cumplan. Eso trae consigo una dificultad adicional y se pueden incrementar acciones más peligrosas».
«No son mercenarios porque no son profesionales que se contratan. Ofrecen pago, incluso a menores de edad, para que comentan hechos que les generen méritos», explicó el gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado Bestene, antes de calificar esta estrategia como «algo muy grave».
El mandatario regional indicó que se trata de homicidas a sueldo que no obedecen a una línea de mando específico, por lo tanto, es difícil determinar «quién manda a quién».