Todos los días, cuando el sol pega sus primeros coletazos en la llanura araucana, la familia Pallares Pérez se levanta con nuevas energías para mover de un lado a otro de la casa, costales llenos de cacao.
Pero cuando sus siete hijos tienen que estudiar a Álvaro Pallares le toca trabajar solo con sus dos manos varias hectáreas de cultivo y miles de pepas para producir uno de los chocolates más finos del mundo.
Curiosamente, pocos conocen cómo luce la fruta de cacao, la confunden con una papaya. Pero esta fruta de cáscara dura se cosecha por montones en los campos araucanos. En este departamento se cosecha un cacao de aroma fino que solo puede cultivarse también en Tumaco.
Álvaro Pallares en su casa en Arauca. Foto: Santiago Ramírez
Los campesinos de la zona están en la etapa de descubrimiento, pues esta fruta les ha llevado independencia y ha hecho que forjen relaciones con empresasque sepan manipular el grano ya procesado para obtener chocolate.
El departamento de Arauca es el segundo productor de cacao en Colombia con cerca de 17 mil hectáreas cultivadas y una producción aproximada de 10 mil toneladas al año.
Victor, un campesino de la zona, está abriendo la puerta de este mundo. Junta sus manos para agradecer que una planta como la de cacao le traiga tanto bienestar a él y su familia.
Camina por sus plántulas en lo que actualmente es una llanura, pero que en unos meses será toda una parcela.
Tres plantas de cacao por una de platino para que haga la sombra, es lo que los técnicos recomiendan para la cosecha. Víctor, con suma precisión, diseña así sus plantas para que en un futuro pueda tener un negocio sostenible.
Víctor explica cómo ha funcionado sus cultivos de cacaco en Arauca. Foto:Santiago Ramírez.
Pero aunque muchas familias ya habían trabajado con el cacao, pocas lo hacían con conocimientos técnicos sobre el cuidado de la planta.
Allí 32 personas aprenden de la mano de un ingeniero agrónomo las artes del cultivo. Este año, en los últimos días de octubre, a cada uno le entregarán 1.000 plantas para que las trabajen.
El cacao, cuando es atravesado por la fina hoja de un machete, deja al descubierto unas blancas pepas acuosas que se pueden extraer y comer.
“He visto esa reacción de sorpresa en mucha gente, porque no tenían ni idea de que el cacao es así. Y adivine, todos me dicen lo mismo: que deberían vender el cacao así tal cual en los supermercados”, dice Álvaro Pallares.
En la casa de Álvaro hay un gran telar con madera por debajo que sirve para procesar las pepas, ahora de color marrón oscuro, con lo que parece un enorme rastrillo de madera para esparcirlas y reunirlas.
Estas son parte de las plántulas que les entregarán a los estudiantes cuando estén aptas para su sembrado. Foto: Santiago Ramírez
En un intento por hacer visible esos cultivos sostenibles el Grupo Éxito descubrió la alianza de chocolates Lök con los cacaoteros y distribuye sus productos.
La empresa, que hace chocolates finos, ha ganado varios reconocimientos a nivel internacional por su excelente calidad. Desde el 2010, el Grupo Éxito comenzó el modelo de compra en origen, buscando beneficiar a productores locales mejorando su rentabilidad y promoviendo sus productos dado que Arauca es una zona exclusiva para el cultivo del mejor cacao del planeta.
Aunque el servicio de transporte para hacer llegar estos productos a sus zonas de manejo todavía es escaso y complicado, Arauca históricamente ha sido una zona olvidada por el gobierno.
Finalmente, la fundación El Alcaraván lleva el cacao a su granja experimental en donde los productos son procesados y se obtienen las bases de cacao para lo que posteriormente será uno de los chocolates más apetecidos por los conocedores.