La comunidad lo señaló de matar a un estilista.
“Nada que se muere este man (hombre). Ya huele a pollo asado”, eran los comentarios de algunos habitantes del corregimiento de La Gabarra (Tibú), mientras un hombre era quemado vivo. En un incontrolable arranque de furia, la comunidad tomó la equivocada decisión de hacer justicia con sus propias manos al responsabilizarlo de la muerte del estilista Luis Ramón Santiago Guillén.
El hombre que ardía en llamas en la mitad de la calle fue también apuñalado y degollado, en hechos ocurridos la medianoche del pasado domingo.
La ira surgió luego del homicidio del estilista, de 49 años, dentro de su vivienda. Los habitantes rodearon la casa para encerrar al agresor y cobrar su muerte.
En el intento por sacarlo de una habitación, donde buscó refugiarse el presunto homicida, algunas personas dañaron la puerta con piedras y tumbaron parte del techo del inmueble.
Ni siquiera la presencia de uniformados de la Policía de Norte de Santander y soldados del Ejército evitó que la gente terminara sacando de la casa al sospechoso.
“La vivienda fue rodeada por una turba de personas que agredió a los uniformados con piedras, bombas incendiarias y gasolina, generando una asonada que terminó con la muerte del agresor de manera violenta”, explicó el coronel George Quintero, comandante de la Policía de Norte de Santander.
¿Cómo fue?
Según se conoció, en medio del ataque, Santiago Guillén alcanzó a gritar y a pedir auxilio llamando la atención de los vecinos del barrio Centro. El estilista fue apuñalado y degollado, quedando tendido junto a su cama.
Enseguida, la comunidad acudió al lugar y posteriormente se desató el ataque hacia el presunto responsable del hecho.
Quienes lograron entrar, abrieron la puerta y la turba de inmediato se apoderó de la casa, buscando rastros del homicida. Luego de revisar en varias partes, encontraron al hombre encerrado en una de las habitaciones, agarrándolo fuertemente y sacándolo a la calle.
Luego, algunas personas lo amarraron en una silla en la mitad de la calle, le rociaron gasolina y de inmediato le prendieron candela.
Los minutos pasaban y al percatarse de que el hombre no moría, uno de los presentes lo degolló.
El hecho se presentó en medio de un círculo de personas que grababan con sus celulares lo que estaba pasando. Pero, nadie se atrevió a evitar que esto sucediera.
Las autoridades analizan dos hipótesis sobre el crimen del estilista, una es un posible crimen pasional, mientras que la otra sería producto de un robo.
Según se conoció, Moncho, como era conocido Luis Ramón, hace algunos años fue víctima de un atraco en su peluquería.
A denunciar
El coronel Quintero rechazó los hechos e invitó a la comunidad a dejar en manos del sistema judicial este tipo de acciones.
Quintero aseguró que se adelantan las averiguaciones para esclarecer el hecho e identificar a las personas que quemaron a este hombre, así como del ataque contra los miembros de la fuerza pública que intentaron evitarlo.
fuente por diario la OPINION.