Un grupo de militares venezolanos ingresó a territorio colombiano. Se trasladaron en helicópteros que aterrizaron en la vereda Vetas de Oriente, en el municipio de Tibú, Norte de Santander, al este de la veta conformada entre los hitos “Intermedio” y “Socuavo I”, que sirven delímite entre los dos países.
Para analizar lo ocurrido, explicó el Ministerio de Defensa a través de un comunicado de prensa, una comisión técnica integrada por funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Comando General de las Fuerzas Militares y el Ejército, visitaron el lugar como respuesta a lasdenuncias que señalaban que los combatientes venezolanos estuvieron en la zona los días 15 y 16 de noviembre.
La comisión técnica pudo constatar que efectivamente los días 15 y 16 de noviembre de 2017, un grupo de militares venezolanos ingresó a territorio colombiano, transportados en helicópteros», explica el documento.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha acordado una próxima reunión entre las cancillerías para analizar y esclarecer los hechos, así como tomar las medidas pertinentes para evitar que se repitan.
Sin embargo, esta no es la primera vez que ocurre este tipo de excesos por parte del vecino país. El pasado 19 de marzo, al menos 60 combatientes venezolanos ingresaron a territorio colombiano e instalaron un campamento en Bocas de Julú en el municipio de Arauquita, Arauca. Los militares del vecino país estuvieron en el lugar hasta el 23 de marzo cuando a las 3:19 p.m. el presidente Juan Manuel Santos informó a través de su cuenta de Twitter que ya había salido el último venezolano del lugar.
Según pobladores de este territorio, por lo menos tres hectáreas de cultivos, que representan alrededor de 1.500 matas por un valor de $50 millones, fueron destruidas por los uniformados quienes, además, izaron la bandera venezolana que ondeó durante casi dos días en la margen occidental del río Arauca.
De nuevo, el 14 de julio ocurrió otro hecho lamentable que involucró acciones ofensivas por parte de oficiales
venezolanos. La mañana de ese jueves, un obrero colombiano identificado como Libardo Fuentes Hernández, fue asesinado en un ataque perpetuado en su contra, por autoridades del país vecino, en la frontera con Venezuela a la altura de Cúcuta.
El hombre, que disponía a realizar labores de extracción de material de arrastre sobre el río Táchira, fue embestido con disparos de arma larga, porque, supuestamente, estaba infringiendo la línea divisoria.
En suma, a finales de mayo el Gobierno Bolivariano asumió como una provocación la presencia de vehículos blindados de combate colombianos a escasos metros de Paraguachón, en la Guajira. Según el vecino país, desde Colombia se estaba fraguando una estrategia en su contra con el patrocinio de Estados Unidos.
fuente el espectador