Desde hace un tiempo existe controversia en el departamento por la construcción de un obelisco, por el cual ha sido cuestionado el gobernador Alvarado.
Extrañados quedamos casi todos los periodistas cuando en la habitual rueda de prensa que concedió el Gobernador de Arauca, Ricardo Alvarado, escuchamos al mandatario, en tono jocoso y reclamador, expresar: ¡quiero hablar del obelisco, no me han preguntado por él!
Y tiene razón el gobernador, no se nos ocurrió iniciar preguntándole por el obelisco, polémica obra de la cual se ha dicho de todo. Cuestionada desde sus inicios por no tener licencia ambiental, porque utiliza recursos de regalías, fue contratada directamente y no a través de licitación pública, como lo ordena la Ley 80, y porque para muchos ciudadanos será otro monumento a la corrupción, otro elefante blanco de los tantos y tantos que hay en Arauca. Esos recursos, opina mucha gente, mejor hubieran sido priorizados para satisfacer otras necesidades.
El gobernador de Arauca acepta haber cometido un error al mentir, perdón, decir que los recursos para la obra eran exclusivamente de la estampilla ProCultura, pues en realidad de los más de mil quinientos millones de pesos que costará la obra, sólo 700 millones son de cultura, las demás fuentes de financiamiento provienen de regalías.
Es entendible la alegría del gobernador; no es para menos, yo también estaría feliz, después de la efervescencia de las críticas en redes sociales, los debates en radio y en otros medios de comunicación… gústeles o no, el obelisco, su obra “cumbre” será un hecho, INVÍAS dio luz verde para que la obra continúe.
Alvarado Bestene habló con mucha seguridad. Expresó que le encanta que la gente opine sobre él en Facebook y repitió que le encanta… le encanta mucho. A mí se me pareció a la Epa Colombia cuando hace esos vídeos diciendo “me encanta mucho” y pensándolo bien, Ricardo Alvarado al igual que Epa, da mucho de qué hablar.
El gobernador sigue firme con su postura de una Arauca humanizada por el turismo; a los que lo critican por construir semejante mole en una glorieta ubicada además en una vía nacional, los invita a mirar los diferentes sitios urbanísticos del mundo: La Puerta de Alcalá, en Madrid; el Arco del Triunfo, en París y si se trata de obeliscos, el Obelisco de Buenos Aires.
Alvarado está convencido de que muchos de sus detractores se tomarán fotos en la obra, cuando esta culmine.
Cabe la pregunta para los que han cuestionado el obelisco, hagámosla tipo plebiscito: ¿Se tomaría usted una foto para contribuir con un obelisco estable y duradero?
El gobernador de los araucanos confesó que tiene muchos sueños: turismo sostenible, vías, gasoducto para Arauca, lo que también se nos olvidó preguntarle es si tiene un colchón marca Dormiluna “calidad como ninguna”.
Por: Juan Valentín Gamboa