En el caso de Cúcuta, los animales con sintomatología vesicular fueron detectados en un puesto de control del ICA y la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa). Las muestras tomadas dieron positivo a fiebre aftosa tipo 0. Los animales procedían de una finca ubicada en el corregimiento de San Faustino que está a 300 metros de la frontera con Venezuela.
Según el comandante de la policía Fiscal y Aduanera, Coronel William Valero, “San Faustino es un corredor de contrabando y tanto mercancías como animales son ingresados por trochas o en embarcaciones pequeñas a través del río”. Dijo además el oficial que “las fincas de esta zona, comparten tierra de Venezuela y de Colombia simultáneamente, lo cual facilita el tránsito de animales”.
Por su parte, en el caso de Tibacuy se determinó un nexo epidemiológico con Yacopí y lo más probable es que sea una trasmisión tipo mecánico.
En ambos casos, el ICA inició los protocolos sanitarios y cuarentena los dos predios desde el momento de la sospecha.
“Seguimos trabajando en el marco de la emergencia sanitaria junto a otros organismos y haciendo la investigación epidemiológica, lo que nos ha permitido detectar estos focos e iniciar de inmediato las acciones para su erradicación”, indicó el gerente general del ICA, Luis Humberto Martinez Lacouture.
El ICA solicita a los ganaderos que sigan reportando signos clínicos sospechosos en sus animales, de manera que la entidad pueda enviar sus técnicos para la revisión y la recolección de las muestras que luego son llevadas al laboratorio.
Lo más probable es que la enfermedad proceda de Venezuela, país que ha sido el único de América Latina declarado ‘no libre’ de fiebre aftosa debido a la falta de vacunas y la laxitud de las autoridades de ese país para hacer cumplir los calendarios de vacunación.
Andrés Hoyos, presidente del comité de ganaderos de Norte de Santander, ya había afirmado que no solo existía el riesgo de que al país volviera a llegar la fiebre aftosa, por la gran cantidad de ganado y carne en canal que entra al país de contrabando desde Venezuela, sino también la peste porcina clásica o a la encefalitis equina venezolana.
El Gobierno colombiano informó el 24 de junio que detectó un foco de fiebre
aftosa en una hacienda ganadera del departamento de Arauca (este), brote que se dispersó a otras regiones y que obligó a sacrificar cientos de reses con la esperanza de recuperar el estatus de país «libre» de esta enfermedad.
Mientras que la semana pasada, la enfermedad fue detectada en el municipio de Yacopí (Cundinamarca). En donde el ICA ordenó la cuarentena del área durante un mes en los municipios de Caparrapí, La Palma, Topaipi, Puerto Salgar, La Dorada, Puerto Boyacá, Puerto Triunfo, Puerto Nare, Puerto Berrío, Sonsón parte baja, Cimitarra y Bolívar.
Para la entidad, el virus de aftosa que se presentó en Tame y en Yacopí, es de origen externo debido a que en los meses de noviembre y diciembre de 2016, se realizó un muestreo nacional para demostrar ausencia de la enfermedad.
El problema para Colombia radica en que ha ido perdiendo sus mercados de carne y lácteos, Rusia, Curazao, Ecuador, Panamá, Chile y Perú suspendieron compras de carne y ganado a Colombia, mientras que México canceló la compra de lácteos.