El resultado forense de la niña, que desapareció el 12 de agosto, y su cuerpo fue hallado 18 días después cerca de su colegio, abrió una puerta de interrogantes sobre el papel de la institución educativa.
El Instituto Nacional de Medicina Legal entregó el resultado del examen forense practicado al cuerpo de Valeria Afanador, la menor de 10 años que había desaparecido el 12 de agosto en Cajicá (Cundinamarca). Según el dictamen, la niña falleció por “ahogamiento o sumersión en medio líquido” y no presenta signos de abuso físico ni sexual.
Con esta conclusión, las autoridades descartan, por el momento, que la niña haya sido víctima de violencia directa antes de su muerte. El informe se convierte en un elemento clave para las investigaciones que adelanta la fiscalía general de la Nación, luego de que el hallazgo del cuerpo despertara múltiples interrogantes sobre las circunstancias que rodearon su desaparición.
Valeria, que tenía síndrome de Down, desapareció mientras se encontraba en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles. Las cámaras de seguridad de la institución la registraron por última vez en los alrededores de una cerca viva, cerca del río Frío.
Dieciocho días después, un campesino halló el cuerpo en una zona contigua al afluente, no muy lejos del colegio.