Un sombrío hallazgo en una fosa común en Calamar, Guaviare, ha puesto al descubierto la brutal estrategia de control territorial de las disidencias del frente primero “Armando Ríos” de las FARC. Ocho líderes sociales y religiosos fueron encontrados sin vida, presuntamente asesinados por orden del círculo de confianza de alias “Iván Mordisco”, con el objetivo de impedir la conformación de una célula del ELN en la región.
La Fiscalía General de la Nación, con el acompañamiento de la Fuerza de Despliegue Rápido #11 del Ejército Nacional, lideró la recuperación de los cuerpos. El reconocimiento preliminar ha identificado a las víctimas como: Jesús Valero, Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri Hérnandez, Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza.
La investigación que llevó a este hallazgo se activó en abril de 2025, tras denuncias que alertaban sobre la citación forzosa de estas personas por parte de la disidencia.
Se ha logrado establecer que el 4 de abril, dos de las víctimas fueron llamadas por el grupo armado y, tres días después, las seis restantes también fueron requeridas para ser “interrogadas” sobre la supuesta presencia de otro grupo delincuencial en la zona. Días más tarde, los ocho líderes habrían sido trasladados a un predio abandonado, donde finalmente fueron asesinados y sepultados.