miércoles, enero 22, 2025
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Alias ‘Pablito’: el cabecilla que se refugia en Venezuela y llenó de terror el Catatumbo

En el año 2007 Gustavo Anibal Giraldo se sentía tan tranquilo que hasta iba a Santa Marta a pasar vacaciones.

El nombre puede ser el de cualquier colombiano. Era el alias el que le dio notoriedad criminal: Pablito era el más duro del frente oriental del ELN, comandante del Domingo Laín, la máquina de guerra que ha aterrorizado a Arauca desde los años cuarenta. Estaba tan confiado que viajaba solo a Bogotá por esa época.

Y, en enero del 2008, mientras caminaba por la localidad de Puente Aranda, fue capturado por el ejército.

Lo juzgan e inmediatamente lo envían a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita. Algunos medios de la capital afirmaban que era el golpe más duro que habría recibido el ELN en mucho tiempo. La importancia militar que le daba al ELN sólo era comparable al papel que cumplía el Mono Jojoy en las FARC.

Pasó sólo un año en Cómbita. El frío le tapaba los pulmones. Estaba incómodo y lejos de sus hombres. Por una serie de diligencias que aún -16 años después- son materias de investigación, el INPEC lo envió a Arauca.

En Arauca era el amo y señor. Allí nació, en el Sarare, en 1962, cuando llegaban los primeros colonos a una tierra sin sombra.

A los veinte años ya se había involucrado en la guerra.

Pertenecía a la Compañía Simacota y por su arrojo y crueldad fue ganando notoriedad. Uno de sus crímenes más atroces ocurrió en 1989. En Arauca, desde esa época, todas las autoridades se le arrodillaban a la bandera roja y negra del ELN.

Ellos decidían lo que va, lo que no será.

Pero hubo alguien que no se arrodilló: Jesús Emilio Jaramillo, obispo de la Diócesis de Arauca quien, desde el púlpito, empezaba a señalar a este grupo guerrillero como el causante de la mayoría de males que azotaban esa región. La extorsión y los constantes ataques a la infraestructura petrolera además de los constantes ataques a políticos y población civil.

Pablito fue el designado para armar con la operación que terminaría con el asesinato del obispo Jaramillo, uno de los golpes más atroces que ha dado el ELN. Desde antes del chavismo Pablito tenía conexiones con Venezuela.

En Arauca los límites de frontera son difusos. Se acostumbró a entrar y salir de ese país como si fuera el patio trasero de su casa. Incluso en 1995 atacó la base militar de Carabobo en el estado Apure, lugar en donde se mueve con libertad.

Según informes que hemos presentado desde la fundación Pares, en algunas partes de Venezuela la incidencia del ELN es total. Uno de esos comandantes que se mueven con suma tranquilidad en ese territorio es Pablito.

Hace 25 años es el máximo comandante del frente Domingo Laín y él fue el responsable de su fortalecimiento. Después de durar un año preso en Cómbita ha sabido desaparecer. La discplina que tiene en las comunicaciones, su estrategia y lo bien que conoce al ejército lo han hecho inencontrable.

A eso hay que sumarle sus conexiones con Venezuela. Es muy posible que viva en el estado Apure y, cada vez que lo necesite, pase la frontera con tranquilidad. Moverse sin muchos hombres alrededor puede ser una ventaja para el que quiere que no lo encuentren.

 

En el COCE le temen. Desde el 2018 forma parte de él a pesar de que es un enemigo declarado de una salida negociada. La guerra para él, en Arauca, ha sido rentable. En enero del 2019 fue el responsable de los carros bombas dentro de la Escuela de Cadetes General Santander que dejó un saldo de 22 personas muertas y que acabó con la intención del gobierno de Iván Duque de poder llegar a un acuerdo de paz con esa guerrilla. Ahora su nombre vuelve a aparecer en medio de una negociación.

 

La delegación del gobierno, encabezada por Iván Cepeda y Vera Grabe, ya alistaba maletas para encontrarse con miembros del COCE en Caracas y reanudar una negociación que ya estaba empantanada. Pero a principios de enero 4.000 hombres del ELN irrumpieron en el Catatumbo. Era una ofensiva contra miembros del EMB, las disidencias de las antiguas FARC, pero terminó siendo un ataque contra la población civil. Son ya 140 los muertos -algunos de ellos no pueden ser recogidos por ordenes del ELN- y más de 20 mil los desplazados que se agolpan en el estadio General Santander de Cúcuta. Estos guerrilleros del ELN llegaron desde Arauca y habrían usado el territorio venezolano para desplazarse. De comprobarse esto habría riesgo de que Venezuela siga siendo la sede de los diálogos de paz en caso de que estos se reanuden.

 

Con Pablito es dificil negociar. Ha hecho de Arauca un feudo propio. La guerra le ha dado riqueza y notoriedad. Al parecer es tan poderoso que el Comando Central no puede atajarlo. Es una fuerza propia que no entiende ordenes.

 

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