El director de la Policía, el general William Salamanca, indicó que ofreció una recompensa de hasta 50 millones de pesos por el paradero de los asesinos del subintendente Anderson Hernández, quien había sido secuestrado el pasado mes de marzo en Norte de Santander por hombres armados en zona donde delinquen el ELN y las disidencias de las Farc de Iván Mordisco.
“Primero, lamentar el asesinato del subintendente ocurrido, según informaciones que he recibido, en zona rural del municipio de Arauquita, en Arauca. Lo condenamos.
Estaba en comunicación permanente con el comandante de región y ya tiene la investigación en marcha, con la Fiscalía General de la Nación, y desde ya convoco a la comunidad del departamento de Arauca, de Norte de Santander, la zona limítrofe con Venezuela, para que nos suministren información”.
Agregó el general Salamanca que: “Esto no puede quedar impune, y no va a quedar impune. Es un compromiso del director de la Policía investigar, ir tras el abuso, ir tras los captores y ya presentar a la justicia a quienes han asesinado a nuestra policía”.
Agregó el general Salamanca que: “Esto no puede quedar impune, y no va a quedar impune. Es un compromiso del director de la Policía investigar, ir tras el abuso, ir tras los captores y ya presentar a la justicia a quienes han asesinado a nuestra policía”.
A partir de ese momento de Hernández no se volvieron a tener noticias, y la Policía realizaba trabajos operativos para dar con su paradero, pero infortunadamente en las últimas horas apareció su cuerpo sin vida y con varios impactos de arma de fuego.
El intendente Hernández estaba de vacaciones. En mayo salió de Bucaramanga, donde trabajaba como comandante del CAI del Mutis, y llegó hasta Cúcuta.
Esperaba llegar a Venezuela, donde vive su papá, pero, de acuerdo con los reportes, nunca logró cumplir con la promesa que hizo a su familia.
Hasta el momento ningún grupo se ha atribuido el asesinato del policía. Cuando fue secuestrado, Mariela Hernández, la madre del uniformado, pidió a los captores respetar la vida de su hijo, pero advirtió que nunca le pidieron dinero por su liberación.
“Que le respeten la vida, él tiene niños pequeños y mamá y papá que lo están esperando”, dijo la señora Mariela.
La Fiscalía abrió formalmente una investigación primero por el secuestro y ahora por el asesinato del uniformado, y se espera que en esta oportunidad se tomen las medidas necesarias no solo para investigar a los responsables, sino para llevarlos ante la justicia.