Nadie debería sufrir los problemas de salud mental en soledad. Sin embargo, en el mundo millones de personas sufren en silencio y no hablan sobre lo que sienten.
La Organización Mundial de la Salud calcula que más del 13% de los adolescentes de 10 a 19 años en el mundo padecen un trastorno mental diagnosticado. Esto representa 86 millones de adolescentes de 15 a 19 años y 80 millones de adolescentes de 10 a 14 años (OMS, 2021)
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las estimaciones regionales muestran que poco más del 60% de 39 países tienen una ley de salud mental independiente. Así mismo, 1 de cada 8 personas en todo el mundo vive con afecciones de salud mental que impactan su salud física, su bienestar y la manera cómo se conectan y relacionan con los demás.
El panorama y las estadísticas en Colombia muestran, por su parte, que un número cada vez mayor de jóvenes adolescentes en Colombia sufre algún tipo de afección en su salud mental. De acuerdo con el Ministerio de Salud (2018) el número de personas de 0 a 19 años que consultan por trastornos mentales y del comportamiento es cada día mayor.
La salud mental está estigmatizada y no se comprende adecuadamente
Cuando ignoramos los problemas de salud mental en nuestras sociedades, cerramos la conversación y reforzamos el estigma.
No debemos dejar de lado la salud mental de los niños, niñas y adolescentes, porque si lo hacemos desmejoramos su capacidad de aprender, trabajar, establecer relaciones significativas y hacer contribuciones al mundo.
Asimismo, si descuidamos la salud mental de los padres, madres y cuidadores, ellos tendrán menos herramientas para nutrir, apoyar y cuidar a sus hijos de la mejor manera posible. Una buena salud es un estado positivo de bienestar y una base que permite a los niños y jóvenes construir su futuro. La salud mental es un derecho de todos y todas.
Por esto, trabajamos promoviendo programas e iniciativas de salud mental para asegurar que los niños, niñas y adolescentes tengan acceso a herramientas y recursos, especialmente en lugares donde hay altos índices de violencia y falta de garantía de derechos, y donde hay mayor probabilidad de sufrir enfermedades, discriminación o desigualdad donde hay mayor probabilidad de sufrir enfermedades, discriminación o desigualdad; incluso casos de violencias y abusos de todo tipo. Algunos de nuestros aportes son:
A lo largo del 2022/2023, UNICEF Colombia implementó el proyecto de Atención en Salud Mental a niños, niñas y adolescentes migrantes, y a sus familias en Cúcuta, Villa el Rosario (Santander) y en Fortul y Saravena (Arauca) beneficiando a más de 4.495 personas por medio de atención psicológica individual en alianza con socios locales. (ESE Sarare, Fundación Virgilio Barco y ESE Jorge Cristo Sahium)
Así mismo hemos logrado que: 1.074 niños, niñas y adolescentes, 118 docentes y orientadores(as) docentes y 493 padres, madres y cuidadores(as), participaran del fortalecimiento de habilidades en Salud Mental y Apoyo Psicosocial en 18 instituciones educativas de Arauca (Fortul, Saravena) y Santander (Cúcuta y Villa del Rosario)
En 2022, más de 1.450 personas (niñas, niñas, adolescentes, padres, madres, cuidadores, docentes, profesionales de la salud) en el municipio de Barbacoas, Nariño, hicieron parte de la implementación del Paquete Mínimo de Servicios en Salud Mental y Apoyo Psicosocial, en alianza con World Visión, fortaleciendo sus habilidades socioemocionales, la coordinación intersectorial y la calidad de los servicios de atención.
Actualmente trabajamos, en alianza con la Corporación Dunna, en el fortalecimiento de habilidades en salud mental y apoyo psicosocial llegando a más de 400 personas entre adolescentes, padres, madres y docentes de los municipios de Chocó (Bojayá, Riosucio y Carmen del Darién) y Arauca (Fortul, Saravena y Arauquita).
El Día Mundial de la Salud Mental es una oportunidad para reducir el estigma en torno a esta problemática y brindar un adecuado acompañamiento en salud mental a los niños, niñas y adolescentes de todo el país, para que tengan el derecho de expresar sus emociones sin ser juzgados o ser discriminados por ello. Una buena salud mental conlleva a validar y respetar la expresión emocional de los niños, niñas y adolescentes para que puedan vivir en ambientes donde se fortalecen las relaciones antes que las exigencias.