domingo, noviembre 24, 2024
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‘Así haya matado a mi hija, me dicen que no va a ir preso’: madre de la médica fallecida en accidente en Bucaramanga

A la espera de justicia está la familia de María Juliana Murzi Pabón, la estudiante de medicina de la Universidad de Santander, Udes, fallecida en un accidente de tránsito el pasado 14 de agosto en Bucaramanga. El motociclista implicado fue dado de alta tras haber estado en una UCI.

Intacto, como desde el primer día, está el dolor que siente en el corazón Ana Lucia Pabón por la pérdida de su hija María Juliana Murzi Pabón, la estudiante de medicina de la Udes fallecida en un accidente de tránsito que conmocionó a Bucaramanga.

La madre, desde su casa en el municipio de Arauca, clama a la Fiscalía porque la muerte de esta joven de 24 años no quede en impunidad.

“Estamos en las manos de Dios porque este país está impune totalmente. Quiero que esto no se repita, que las autoridades peleen y hagan controles (…) Cada vez que veo una moto de esas corriendo pienso que le arrebataron la vida a alguien, como el ángel que era mi hija. Deben hacerle un control a esas motos, a esos extranjeros que andan sin documentos en Colombia. Ya no más niñas asesinadas por motos”, dijo Ana Lucia.

La mujer estuvo hace 15 días en la capital santandereana, en la Fiscalía y la Dirección de Tránsito de Bucaramanga, indagando sobre el avance en el proceso.

“Tránsito me dice que están reuniendo todas las pruebas para dárselas a la Fiscalía, él iba sin papeles y se comió el semáforo, pero la fiscal del caso me dice que así hubiera matado a mi hija, él no va a ir preso porque así es la ley. De allá me vine desmoralizada, estoy con psicóloga y aferrada mucho a Dios”, añadió la mujer.

¿Qué pasó con el motociclista?

Vanguardia conoció que Ángelo Umbria Aguero, el motociclista que habría ocasionado el accidente, fue dado de alta tras permanecer varios días en una UCI de un centro médico en un centro médico de la ciudad.

Como este hombre de nacionalidad extranjera no tenía vigente el Soat ni ningún otro documento de su moto, los gastos médicos corrieron por cuenta del vehículo que manejaba María Juliana.

“Quiero que este hombre no le vuelva hacer daño a ninguna otra persona, no le cause este dolor que yo estoy sintiendo a ninguna otra madre. No es justo que no haya cárcel por eso”, añadió la madre.

El accidente

La madrugada del lunes 14 de agosto, María Juliana Murzi Pabón se dirigía desde el barrio Cañaveral de Floridablanca hacia la Clínica Comuneros en el barrio La Aurora de Bucaramanga, donde adelantaba el último año de prácticas.

Cuando eran las 5:25 a.m., se movilizaba en su moto Kymco Auteco, color blanca, de placa RNQ-82B, por la carrera 27, en sentido sur – norte.

Al llegar a la intersección con la Avenida González Valencia, la joven de 24 años chocó con Ángelo Umbria Aguero, un domiciliario que iba en una moto Suzuki GN, color negro, de placas PPI-04E.

Al parecer, este último no hizo el pare y pasó a toda velocidad, encontrando en el trayecto a la joven estudiante de Medicina de la Universidad de Santander, Udes.

El deceso ocurrió de manera inmediata y la Dirección de Tránsito de Bucaramanga se encargó del traslado del cuerpo a Medicina Legal.

Los sueños truncados

La pronta partida de Murzi Pabón truncó muchos sueños que esta joven oriunda de la ciudad de Arauca, Arauca, tenía dentro de su proyecto de vida.

“Yo la saqué adelante a ella sola, el padre nunca respondió. Con todo mi esfuerzo, le pagué esa carrera cuando me dijo que quería estudiar medicina y quise que se viniera a Bucaramanga porque yo viví muchos años allá y era una ciudad tranquila; lejos de imaginar que todo esto iba a pasar”, aportó la progenitora.

María Juliana llegó a vivir a Bucaramanga en el 2017 y dentro de sus planes estaba terminar su pregrado y luego especializarse en pediatría o neonatología. Le restaban tan sólo unos pocos meses para culminar su carrera.

Su madre, con los ahorros de toda su vida producto de su trabajo, le había comprado un apartamento en Cañaveral en donde al momento del accidente estaba viviendo con unas amigas.

“Ella era una niña muy juiciosa, honrada. Sólo pensaba sacar su carrera adelante. No tenía novio, no pensaba en fiestas ni en nada de eso y me pedía permiso hasta para ir al gimnasio”, concluyó la madre, quien por primera vez decidió hablar de este doloroso hecho.

Ahora, tras cerca de dos meses del accidente, la mujer busca fuerzas en su corazón para poder sacar adelante a su hija de 12 años, la única hija que le quedó.

 

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