El araucano ha participado en otros países representando el departamento y Colombia, con el joropo criollo y de espectáculo.
Iván Carrillo, hace 35 años, nació en Arauca.
Elia Carrillo, ganadora de festivales en la época de los 60 y 70, es su abuela y su mentora; la que le sembró el amor por el legado del folclor.
Desde los 5 años, empezó su carrera artística: «con ella fue que aprendí a bailar, las primeras clases las tomábamos en la casa de ella, junto con mis primos, hoy en día llevo la bandera de ese legado soy yo, tuve como un tiempo en espera más o menos a los 10 años, sin embargo, me llamaron de una escuela para participar en un festival por ser nieto de Elia, afortunadamente lo ganamos y de ahí en adelante decidí que esto era lo que quería para mi vida«.
Se dedicó a bailar profesionalmente, a competir en Arauca y en Venezuela, con la fortuna de salir bien, de ahí en adelante surgió esa pasión que lo ha acompañado durante toda su vida. Luego de 17 años en Arauca, piso tierra villavicense, se la abrieron las puertas de su carrera, participó diferentes escuelas, hasta que finalmente en la academia ‘Colombia Grande’ lo invitaron a abrir el torneo internacional del Joropo en el año 2009.
«Esa fue mi primera apertura en uno de los eventos más importantes, luego trabajé con Corculla y participé en el Torneo del 2011, de ahí en adelante participe en más aperturas con la Corporación Danzat, liderando la producción de los espectáculos en apoyo de los músicos, cantantes y bailadores, aprendí de producción escénica, fue una escuela para mí«.
Después de estar en varias academias, quiso abrir una propia; así nació la Corporación Cultural Baila Joropo, a la fecha tenemos más de 120 estudiantes, cabe resaltar que después de pandemia, sobre todo adultos y algunos niños se han inscrito.
Sus pasos los saca partiendo del baile tradicional, empezar a montar una coreografía debe tener como principio tener claro el baile criollo.
«Todo ese baile tradicional es la demostración musical del quehacer diario de un llanero en su hato, en su hacienda o su finca, prácticamente sus incidencias son en marcadas y hacen alusión a las faenas del llanero», dice. En ese orden de ideas, el baile espectáculo tiene unas características que sigan la línea del baile tradicional.
«Nosotros conservamos los pasos criollos porque estaríamos perdiendo las raíces. Por ejemplo, una característica es tener las manos agarradas y no perder ese contacto, hoy en día podemos observar propuestas donde no es así, donde el parejo hace su show de zapateo solo, ese tipo de producto se presentan en muestra, pero para un concurso, no«.
Expresa que cuando son muestras internacionales, se muestra el baile criollo y después el de espectáculo explicando de dónde viene.
«Se deja en claro que esas presentaciones se hacen en barrera de proyección del baile, pero en concursos se propende a conservar las raíces del baile».
Respecto a la evolución que ha tenido el joropo con el tradicional baile criollo y de espectáculo, Iván manifiesta que se le ha venido dando un enfoque de mercadeo, de turistas: «soy consciente de los cambios que ha tenido, pero el torneo aún sigue rescatando esas tradiciones por medio de las categorías, en algunas se mantiene la esencia del baile que nos dejaron nuestros antepasados».
Dice que vivir de arte, es muy difícil, sin embargo el amor por lo que hace lo impulsa a seguir trabajando por el Joropo y conservación del mismo: «mi familia siempre ha estado vinculado al tema cultural, mi abuela, mi papá, tíos son músicos, entonces toda esa cultura que yo he venido recibiendo desde niño, en los parrando llaneros dónde bailaban descalzos, me ha llamado la atención, me ha gustado, es mi pasión, es mi proyecto de vida y siendo que la cultura y el arte transforman, formar a jóvenes que se dediquen a esto y no a otras cosas que les hagan perder el rumbo, es muy gratificante».
FUENTE periodicodelmeta.com
