El Establecimiento de Sanidad Militar cuenta con dos médicos militares que llevan la vocación de servicio en sus venas. Recibieron la formación académica en diferentes universidades, pero las unió la Institución que ama el inmenso azul del cielo y lo surca para hacer lo que realizan todos los profesionales en medicina: salvar y proteger vidas.
Dos mujeres jóvenes, médicas generales y con unas inmensas ganas de cuidar la salud de sus pacientes, son las heroínas del Grupo Aéreo del Casanare, GACAS, encargadas de atender todas las misiones en tierra y en vuelo, en cuanto a medicina se trata, tanto para militares como para sus familias, enfrentándose a situaciones que, en muchos casos ellas hacen parte de la crisis, pero que con coraje y valentía han asumido y, en este momento, lo hacen a través de una insistente campaña para prevenir el COVID 19 en la Unidad.
Actualmente, los médicos son, tal vez, unos de los profesionales más expuestos ante el virus, arriesgando su vida para salvar la de otros, valor con el que cuentan todos los militares y que ellas, al ser médicos militares unen dos carreras bajo el mismo fin, con el eje diferenciador de que no solo enfrentan a un enemigo silencioso como lo es el Coronavirus, sino que también a todos aquellos que generan violencia y conflicto en el país, volando en aeronaves para salvar la vida de personas que no conocen.
“Tiene un plus ser médico militar, pues en cualquier momento estamos siendo llamados para hacer lo que nadie más puede y es salvar vidas o aliviar a una persona, en un contexto totalmente diferente al que labora un médico civil, ya que es un ambiente mucho más hostil, que pone en riesgo constantemente nuestra vida, trabajando con una tripulación de la cual no conocemos su trabajo, pero que tenemos clara la misión, que es sacar adelante a una persona que nos necesita, esa versatilidad nos la ofrece la Fuerza Aérea… Estar acá significa tener que estar preparado para que en cualquier momento la vida cambie en un segundo y tenga que dar todo de sí, con los conocimientos frescos y aplicar todo lo que estudié, pero con unas botas puestas, que implican un alto grado de responsabilidad” afirmó con entereza la Subteniente Mora, una de las médicas del GACAS.
La Subteniente Riaño, quien es también médico militar del Establecimiento de Sanidad, aseguró que “los médicos y los militares tienen algo en común: la vocación de servicio que los lleva a arriesgar su propia vida por alguien que no conoce, sea militar o civil; así mismo, la integridad y la ética que nunca está aparte del ejercicio de la profesión”.
Las Oficiales concuerdan en que las carreras que ostentan son profesiones muy importantes para la sociedad, pues siempre van a ser requeridas y son un referente para la comunidad, quien espera mucho de ellas. Ahora, tener en común esa importancia, es una de las mayores motivaciones para seguir, porque según asienten ellas, no es fácil, es entregarse por la población sin importar en qué momento las necesiten, como el que se está viviendo actualmente, con un virus que ha matado a miles de personas en el mundo.
Sin dudar, el mundo necesita de los médicos y los militares para el funcionamiento óptimo de toda la población y estas mujeres son motivo de orgullo, al ponerse bata y botas para enfrentar situaciones de crisis de diferentes índoles y contextos como médicos militares de su Fuerza Aérea Colombiana.