Carlos Alberto Anzola, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Miramar, exigió a las autoridades que brinden atención a vecinos del sector que están ubicados a pocos metros de la bocatoma de la Empresa Municipal de Servicios Públicos de Arauca (Emserpa).
Define la zona como «de amenaza y alto riesgo». Indicó que hay 65 familias desprotegidas ante los embates por la crecida del río Arauca, por lo que requieren pronta ayuda, aún más cuando la poca protección hidráulica está afectada.
«En el momento que se hundió la barcaza aprovechamos para hablar con el gobernador y el procurador, les dijimos que una creciente puede ocasionar un gran problema. Presentamos la propuesta de la compra de un lote para reubicarlas y que tengan mejores condiciones de vida en otra zona, porque no cuentan con ningún servicio básico y lanzan las aguas negras al río», explicó Anzola.
Dijo esperar, en nombre de su comunidad, que los concejales de la comisión primera del Concejo Municipal se dignen a discutir y aprobar el superávit (recursos no ejecutados del período anterior), lo cual es de suma importancia pero que algunos corporados no han querido debatir.
«Esos recursos no son del alcalde», dijo Anzola en referencia a las trabas que ponen algunos concejales para aprobar el dinero, pese a que se necesita para mitigar situaciones de riesgo que requieren atención inmediata y para importantes proyectos a ejecutar en el municipio.