El expolicía Óscar Pérez, muerto durante un operativo para su captura, fue enterrado en Caracas este domingo contra la voluntad de la familia, informaron la esposa del sublevado piloto y la ONG de derechos humanos Foro Penal.
«Decidieron arbitrariamente realizar el entierro controlado sin permitir velarlo y mucho menos permitir trasladarlo con su familia», denunció Dana Vivas, viuda de Pérez, abatido el pasado lunes.
Vivas reside en México junto con los tres hijos del exagente que se alzó contra el gobierno de Nicolás Maduro entre protestas opositoras que dejaron 125 muertos entre abril y julio del año pasado.
«Lo quiero conmigo para enterrarlo donde yo quiera», había dicho en la víspera Aminta Pérez, su madre, quien también vive en ese país.
La entrada del Cementerio del Este, mayor camposanto de la capital venezolana, amaneció con fuerte custodia militar.
Según Alfredo Romero, el director de Foro Penal, solo a dos familiares se les permitió el paso.
El sábado, entre pequeñas protestas en distintos puntos de Caracas por la muerte del expolicía y seis de sus hombres a manos de las autoridades, dos de sus compañeros fueron sepultados en ese lugar. Los otros cuatro fueron trasladados a las ciudades de Maracaibo (noroeste) y San Cristóbal (oeste).
Todos fallecieron por disparos en la cabeza, según actas de defunción publicadas por la prensa, y organizaciones de derechos humanos alertan de posibles «ejecuciones extrajudiciales». El gobierno sostiene que militares y policías respondieron a fuego enemigo.
Pérez fue acusado de «terrorismo» y declarado como «el criminal más buscado» de Venezuela tras atacar el 27 de junio del año pasado con granadas y armas de fuego edificios gubernamentales, sin dejar víctimas, desde un helicóptero. El 18 de diciembre su grupo amordazó a militares de la Guardia Nacional en un cuartel y robó fusiles y municiones.
por diario la opinión.