sábado, noviembre 23, 2024
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Sacerdote asumió como nuevo Defensor del Pueblo en Arauca

Desde el pasado 23 de noviembre, Deisson Ramiro Mariño Gómez, se convirtió en el primer Defensor regional del Pueblo del país que también es sacerdote.
Mariño Gómez, de 44 años de edad, natural de Sativasur (Boyacá), un hombre enérgico, de acciones concretas que en su vida le han permitido construir parroquias e incluso salvar un pueblo del inminente ataque paramilitar, fue nombrado para ocupar ese cargo en el departamento de Arauca.

Este teólogo, egresado de la Universidad San Martín, especialista en Derechos Humanos de la ESAP y con un Master en Teología Moral de la Pontificia Universidad de Salamanca (Madrid), sin dejar su servicio sacerdotal, hace 10 años inició su trabajo como analista del SAT de la Defensoría del Pueblo (Servicio de Alertas Tempranas).

Por su doble labor fue trasladado a Arauca, la capital, con la misión también de organizar la oficina local de Cáritas o Pastoral Social de la iglesia Católica. Desde ahí, el padre Deisson logró la vinculación y la cooperación de varias organizaciones internacionales que ayudaron a visibilizar la tragedia humanitaria de Arauca, como también a satisfacer necesidades básicas en la población víctima, que en ese departamento llega a 100.000 personas.

“En el 2001, como párroco, me hacen responsable de la parroquia San José, en la inspección de Panamá de Arauca, en Arauquita. Resultó una parroquia bastante difícil por el acceso, porque no había comunicación telefónica y la autoridad era la guerrilla. En el 2004 hubo una amenaza de incursión de los grupos paramilitares, el Obispo me dijo que pidiera ayuda de la institucionalidad y fue cuando empecé los contactos con la Defensoría del Pueblo, en donde me ayudaron y al siguiente día hicimos una jornada con todas las autoridades. Así logramos frenar la posible incursión”, cuenta Mariño Gómez, quien desde hace 17 años es sacerdote.

Durante tres años siguió su contacto con la entidad. En el 2007, tras escuchar un mensaje radial para una convocatoria laboral en la regional Arauca, fue a la sede a buscar el trabajo para un hermano, pero por consejo de un funcionario, y con el aval del Obispo, terminó presentando su hoja de vida.

“Entre 2004 y 2007 tenía cercanía con la Defensoría y es cuando se da la guerra de Farc y Eln. Hablaba con los grupos armados porque uno se los encontraba en la carretera; pero la arrogancia de las armas es terrible. Les pedimos que no se mataran, pero ellos pensaban en violencia. Fue duro ver gente que moría, algunos muy cercanos o cercanos a la Parroquia, profesores, líderes, campesinos. Esta Diócesis ha sido víctima colectiva del conflicto armado”, precisa el Defensor.

Decidió hacerle frente a la violencia por dos frentes: con la Iglesia ayudando a las almas y en la Defensoría del Pueblo con la labor humanitaria

Añade que decidió hacerle frente a la violencia por dos frentes: con la Iglesia ayudando a las almas y en la Defensoría del Pueblo con la labor humanitaria.

Dice que, ahora, como Defensor regional en Arauca, no descuidará a su comunidad. Después de dejar organizada y fortalecida la Pastoral Social, atiende a una comunidad parroquial naciente, la Medalla Milagrosa. Allí, cada domingo celebra la Eucaristía y encomienda a Dios no solo a sus fieles, sino también a los usuarios de la Defensoría del Pueblo.

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