se registró un derrame de crudo tras la rotura de 400 metros del oleoducto Caño limón Coveñas, al parecer, a manos de falsos trabajadores. Según un poblador, los presuntos criminales señalaron que estaban realizando mantenimiento al oleoducto, pero horas más tarde huyeron del lugar al notar la fuga.
Esta no es la primera vez que el oleoducto ha sufrido ataques.
En abril de 2023, se presentaron nueve atentados contra la infraestructura en lo corrido del año en el departamento de Arauca, y en enero de 2018, fue atacado y afectó las veredas Cañaguata en Cubará (Boyacá) y La Granada y Miramar en Saravena (Arauca).
Las guerrillas, especialmente el Eln, han sido señaladas como los principales responsables de estos hostigamientos, que además de generar impactos ambientales y económicos, han afectado más de 65.000 metros cuadrados de suelo y cerca de 40.500 metros lineales de cuerpos de agua en los últimos 40 años.
Desde la entrada en operación, hace 33 años, el OCC ha sido volado más de 1.500 veces, situación que ha generado el derrame de aproximadamente 3,7 millones de barriles de petróleo en suelos, quebradas y ríos de los siete departamentos, según la Revista Semana.
Cada barril de petróleo derramado contamina cerca de una hectárea de suelo, afectando la calidad del terreno y su capacidad para sustentar vida vegetal.
Los derrames también contaminan cuerpos de agua, lo que impide el acceso a agua potable para las comunidades cercanas y afecta a especies acuáticas, ya que el petróleo reduce el oxígeno en el agua y bloquea la luz solar necesaria para la fotosíntesis.
Además, las explosiones y los incendios resultantes de los ataques generan emisiones de material particulado y gases como dióxido de carbono y nitrógeno, lo que deteriora la calidad del aire.
