La difícil situación de orden público en Colombia sigue siendo un enorme problema para sus habitantes, y los asesinatos de líderes sociales están a la orden del día en todo el territorio nacional.
Tulia Carrillo Lizarazo, una reconocida líder social del municipio de Tame en el departamento de Arauca fue encontrada muerta en plena vía y se sospecha que su asesinato haya tenido que ver con su actividad en favor de las familias desplazadas del corregimiento de Corocito.
Doña Tulia, como era cariñosamente llamada, era una mujer de 62 años que en 2022 fue elegida para integrar el consejo de la población de Tame y fue considerada por el Gobierno Nacional como un ´faro´ para los habitantes del lugar.
La líder social también lo era en el aspecto ambiental y representaba a la población de adultos mayores, por lo que su asesinato representa para quienes la conocieron como un asunto de cobardía.
Con el asesinato de Doña Tulia son los 10 líderes sociales asesinados en el mes de diciembre e infortunadamente no existen capturas por estos hechos que siguen despertando temor entre la comunidad y que confirman a Colombia como el lugar más peligroso en el mundo para ejercer actividades en favor de la comunidad.
La Agencia para la Renovación del Territorio publicó el pasado 17 de octubre unas palabras en las que exaltaba el trabajo de Doña Tulia y la reconocía como una importante líder que brindaba esperanza a la comunidad golpeada por el desplazamiento.
“Doña Tulia, como la conocen en el distrito veredal Simón Bolívar en el municipio PDET de Tame, Arauca, logró con su valentía y liderazgo convertirse en un faro para que los habitantes del corregimiento Corocito retornaran a sus casas luego de ser desplazados por la violencia”, indicó la Agencia para la Renovación del Territorio.
La lucha de Doña Tulia fue reconocida porque con ella buscaba la paz en familias que la habían perdido con la guerra que ha librado el departamento de Arauca durante años.
“A sus 62 años, ella sigue luchando con fuerza por el bienestar de su pueblo, porque al igual que todos sus vecinos, desde una tierra próspera, en paz y con la luz encendida para que nunca más se tengan que esconder.
El número de líderes sociales viene en aumento y las respuestas gubernamentales son pocas, mientras quienes trabajan por la población más afectada por la violencia arriesgan su vida y reciben amenazas diarias contra su vida y la de los suyos.
