Keiler Barrios Mendivil, un valiente niño con limitaciones en la interacción social y la comunicación, diagnóstico de trastorno del espectro autista, ha superado obstáculos y logrado un notable progreso en su relación con las demás personas, gracias al programa de Tecnoacademia Fija del SENA en Arauca. Bajo la estrategia «Educación inclusiva para el desarrollo psicosocial», esta iniciativa ha brindado oportunidades transformadoras.
Liderado por el compromiso y dedicación del equipo de Tecnoacademia, Keiler ha demostrado la mejoría en su relacionamiento gracias a la metodología STEM y el enfoque «aprender haciendo». Inicialmente las prácticas de robótica le permitieron establecer vínculos sociales significativos, integrándose de manera más profunda en su comunidad y superando su tendencia previa al aislamiento.
«Es un aprendiz que ha demostrado que no solamente impartimos formación, sino que nos ha brindado la oportunidad de aprender y crecer mutuamente como sociedad «, afirmó Lailin Colina, dinamizadora de Tecnoacademia.
Este esfuerzo no solo ha beneficiado a Keiler, sino también podría ayudar a niñas, niños, jóvenes y adolescentes en todo el departamento de Arauca. Mediante la creación de espacios equitativos para aprender sobre ciencia, tecnología e innovación, el SENA ha fomentado la interacción social y el crecimiento personal.
Desde su ingreso, este especial aprendiz ha avanzado significativamente, alejándose de una existencia aislada centrada en la televisión y el celular, según lo afirmó su madre. Ahora, se muestra motivado para comunicarse y relacionarse con los demás, gracias al apoyo brindado por el SENA y la inspiradora atmósfera de aprendizaje.
Los logros de Keiler son evidentes en su transformación. Inicialmente involucrado en la línea de robótica, obtuvo una certificación y demostró un interés apasionado por la formación en el SENA, continuando en la línea de biotecnología para expandir aún más sus capacidades cognitivas y comunicativas.
«Andar por la senda de la sociedad en lugar de habitar un mundo paralelo ha sido una experiencia valiosa, no sólo para este joven, sino para todos sus compañeros, que han aprendido invaluables valores gracias a la diversidad«, compartió Andrea Escalante, psicopedagoga de Tecnoacademia.
La historia de Keiler ilustra el poder de la educación inclusiva y el impacto transformador de programas como Tecnoacademia, que no sólo brindan conocimientos, sino que también empoderan a individuos para alcanzar su máximo potencial en comunidad.
Aunque es un joven de pocas palabras, cada día Keiler demuestra su interés por su formación en la Tecnoacademia y por compartir con los demás aprendices.