Jonathan Darío Ávila Cuellar, gerente del Comité Regional de Ganaderos de Tame (Arauca), denunció las dificultades que están atravesando los productores de la región por cuenta de la pronunciada caída en el pago de la leche cruda.
«Nosotros tuvimos un valor hasta de $2.000 por litro de leche y en la actualidad ya bajamos el 50%, nos están pagando a $1.000 el litro y nos dicen que puede bajar un poco más», advirtió.
De acuerdo con el dirigente, los ganaderos venden la leche directamente a los transformadores locales, las denominadas queseras, que son pequeñas empresas que elaboran queso crema y lo venden en Bogotá, el mercado más fuerte para estos procesadores.
Sin embargo, Ávila lamentó que a pesar de ser una región altamente productora, Arauca no es reconocido por el Gobierno ni las autoridades locales como un departamento productor de leche. Así pues, miles de familias dependen de este negocio para subsistir pero no reciben apoyo.
Además, al ser Bogotá su principal mercado, deben competir con los precios de otros productores y otras regiones. Esto hace que los transformadores tengan mayores dificultades para conservar un pago y se ven obligados a modificarlo según se comporten las ventas en la capital del país.
«En Bogotá argumentan que hay un problema fronterizo, específicamente de Venezuela, porque está ingresando demasiado queso venezolano a muy bajo costo. A eso se suma el problema de los TLC, que ingresa demasiada leche en polvo y las empresas lo consumen y no compran nuestro producto», afirmó.
Luis Humberto Mendivelso García, propietario de la transformadora Lácteos Los Giraras en Tame, explicó que transforma 7.000 litros de leche al día que acopia de 126 pequeños productores que entregan 100 y 200 litros por día, así como otros que solo entregan entre 5 y 10 litros.
«Yo produzco un promedio de 60 cajas de queso a la semana. Estoy vendiendo lo de una semana y lo de la otra semana se está quedando en el cuarto frío. Llevamos un mes en esa situación. El año pasado empezó a subir el precio de la leche, pero al subir tanto un producto, la gente ya no lo consume, entonces empezamos a quedar represados, aunque seguíamos vendiendo durante el verano. Pero en abril llegó el invierno y se volvió un despelote porque ahora sí había leche en todo lado», detalló.
El empresario coincidió con Ávila en que el municipio y el departamento en general tienen una gran producción de leche pero no han recibido atención de los entes gubernamentales para explotar ese potencial.
«Aquí no hay ayudas por muchas razones pero la principal es el orden público. Aquí no hay entes de control como el Invima que regulen», manifestó. Mendivelso añadió que él sí paga la Cuota de Fomento Ganadero y Lechero, así como debe ajustarse a las exigencias sanitarias del Invima.
En esa medida, mientras que su empresa formal está a sujeta a estos controles, que implican mayores inversiones en equipos, los informales no pagan la cuota ni se ajustan a la normatividad sanitaria, lo que libera flujo de caja para pagarle más a los ganaderos.
Entre otras razones que atribuyó a la caída del pago de la leche, también denunció que la entrada de quesos de contrabando desde Venezuela, así como el deterioro de las vías de entrada y salida al departamento, que elevan los fletes y hacen más difícil la rentabilidad para todos en Arauca.
