Cuando se produjo la liberación de los 8 militares venezolanos capturados por las FARC el pasado 31 de mayo en casi todo el país quedó la impresión generalizada de que el conflicto armado que comenzó en La Victoria de Apure el 21 de marzo había finalizado.
Sin embargo, esto no es cierto. Más allá de las consideraciones políticas y de estrategia militar, la realidad sobre la vulneración de varios derechos humanos en el desarrollo de los enfrentamientos armados entre fuerzas militares venezolanas y grupos de irregulares, es inocultable.
En el día mundial del refugiado, este 20 de junio, el Servicio Jesuita para los Refugiados, que ha acompañado a estas personas desplazadas, emitió un pronunciamiento en el cual exige que a esta situación no se le aborde solo desde el punto de vista bélico sino desde la perspectiva humanitaria y de derechos humanos.
Justifica el SJR que son estas personas en condición de desplazamiento forzoso las que quedan expuestas a mayores riesgos en medio de este fuego cruzado y con altísimas vulnerabilidades y de desprotección.
Y en medio de este contexto surge de nuevo el temor a un nuevo desplazamiento forzado desde estas localidades rurales a la población colombiana de Arauquita, cruzando otra vez, en medio de altos riesgos, el caudaloso río Arauca.
Días atrás pobladores de las zonas de La Capilla, La Soledad, El Ripial, Santa Rosa y de la misma La Victoria comentaban que desde el pasado 9 de junio habían notado nuevamente la presencia de integrantes del Décimo Frente de las FARC, guerrilla colombiana, en algunas de esas comunidades rurales del fronterizo municipio Páez.
Activistas de derechos humanos en la frontera de Apure con el Departamento de Arauca, Colombia, aseguraron días atrás que los irregulares amenazaban a los residentes para que abandonaran de nuevo esos predios porque ese había sido el presunto «acuerdo» entre ellos y el gobierno venezolano.
El pasado jueves 17 de junio el jefe del CEOFANB, Remigio Ceballos, informó que se había enviado un nuevo contingente militar a la zona para reforzar la presencia y seguridad en estos poblados.
Aunque no respondió de manera directa a los rumores sobre la presunta nueva presencia de irregulares en ese eje fronterizo, expertos en la materia indican que este anuncio constituye definitivamente una clara señal de que la FANB se prepara para otro eventual combate con los disidentes de las FARC.
Este escenario es el que atemoriza a los ciudadanos de esta región fronteriza toda vez que desde hace dos semanas más de 3 mil personas habían comenzado a retornar desde Arauquita a sus hogares de La Victoria y caseríos aledaños.
Primer desplazamiento: casi 6 mil personas obligadas a huir de sus casas y sitios de trabajo
En la medida en que se iban desarrollando los enfrentamientos desde el 21 de marzo iba aumentando también el éxodo masivo de personas desde La Victoria y zonas aledañas hacia la población colombiana de Arauquita.