En seis departamentos del suroccidente de Colombia, cabecillas de disidencias de las Farc están reclutando menores de edad.
Las disidencias de las Farc, también conocidas como Grupos Armados Organizados Residuales (GAOR), están cometiendo algunos de los peores delitos: reclutan niños, niñas y adolescentes e indígenas, en Meta, Guainía, Guaviare, Arauca, Caquetá y Amazonas.
En Meta y Guaviare, el GAOR E-7, al mando de ‘Gentil Duarte’, sería el responsable de este delito. En este segundo departamento, sumado con Guainía, alias ‘Ferney’, cabecilla de la comisión de finanzas del GAOR E-1, al mando de alias ‘Mordisco’, fue designado en 2018 para reclutar menores de edad en comunidades indígenas, específicamente Nukak Maku, Bara, Barasana y Bora.
Alias ‘Gildardo’ o ‘El Cucho’, que era el cabecilla encargado del GAOR E40 en Caquetá y Meta, direccionaba el reclutamiento forzado de menores engañándolos y luego entrenándolos en técnicas básicas de combate y comunicaciones. El 30 de agosto, el Gobierno informó que lo había asesinado.
Alias ‘Yaneth’, del GAOr E-1, recibió en septiembre, este mes, órdenes para abastecer de material logístico y bélico, y reclutar menores de edad, que parece que busca en otros departamentos y hospeda en Florencia, Caquetá.
Según órdenes de alias ‘Gildardo’, que el Ejército abatió en agosto, ‘Edward’ y ‘Gentil Duarte’, estos son los requisitos para ingresar a la disidencia:
-Deben estar entre los 15 y los 30 años.
-No deben ser de unidades militares, reservistas o sospechosos de tener vínculos paramilitares.
-Deben ser de familias conocidas en la región y recomendados por compañeros colaboradores al movimiento.
-Deben estar en buen estado de salud e incluso llegan a tal nivel criminal que exigen que los reclutados no pueden tener ningún tipo de retraso mental.
También llama la atención que “no aceptan asesinos, consumidores de alucinógenos y ‘licenciosos’ «.
BLU Radio también conoció que las disidencias en Amazonas y Llanos orientales tienen una estrategia definida para no perder su capacidad.
Estarían retomando presencia en seis de nueve corregimientos que hay en ese departamento y en Puerto Santander, Mirití Paraná y La Victoría, habrían desplegado tres grupos, para recuperar el control del narcotráfico, la minería y la extorsión en estos municipios.
“Los niños reclutados por grupos ilegales, deben portar armas, sembrar minas, trabajar en labores de inteligencia y transporte de drogas. Para el caso de las niñas muchas veces deben cocinar, hacer labores domésticas y ser ‘acompañantes’ a nivel sexual.
Son niños que pierden sus derechos. Es decir, que los que las reclutan, también, en ocasiones, las violan, dijo, en conversación con BLU Radio, María Paula Martínez, directora de la ONG Save The Children Colombia, que busca la promoción y derechos de la niñez.
Sobre los efectos que puede tener el reclutamiento y la guerra sobre la salud de los niños, y que conoció Save The Children, Martínez explicó que la gran mayoría, una vez sale de los grupos delictivos, tiene problemas de oído, además de lesiones y heridas de toda clase.
A nivel psicosocial, asegura la abogada y máster en derechos humanos, que dejan de ser niños a corta edad y asumir roles de adultos, “algunos convencidos e ilusionados por ciertas recompensas o premios que les prometen”.
fuente bluradio.com