Guasdualito y El Amparo son parroquias del municipio Páez en el estado Apure que, cada año con las crecidas y desbordes de los ríos Sarare y Arauca. Miles de llaneros deben salir de sus hogares durante el invierno, y ser trasladados a refugios o mudarse mientras pasan las lluvias, a casa de familiares en otros municipios o dentro del mismo Páez.
El equipo de El Pitazo se trasladó hacia las comunidades de Guasdualito y El Amparo, para constatar el estado de los diques que cada año son “reforzados” por el gobierno regional con la ayuda del nacional, y ver si para este invierno los altoapureños corren el mismo riesgo de cada año. Tras un extenso recorrido por cada dique de la zona (a excepción del dique de la “curva 3” que se encuentra custodiado por soldados de la guerrilla venezolana, El Frente Bolivariano de Liberación-FBL-), se puede dar constancia del ineficiente trabajo que han hecho las autoridades regionales y nacionales para evitar las inundaciones en la zona.
En todo el Alto Apure hay un dique llamado “Bolsa Creto”, único en todo el municipio Páez hecho de concreto armado, y se encuentra en la zona fluvial fronteriza entre Venezuela y Colombia. El Bolsa Creto fue construido en el año 2005 por el exalcalde José Alvarado,y desde entonces, han pasado 13 años y ningún otro gobernante municipal se ha preocupado en hacer las mismas obras de contención en alguna de las otras siete zonas vulnerables de Guasdualito y El Amparo.
Para este 2018, el gobierno nacional a través del Ministerio de Ambiente, mandó al actual alcalde, José María Romero, la cantidad de 12 billones (Bs. F. 12.000.000.000) de Bolívares para el reforzamiento y compactación de los ocho diques ubicados entre El Amparo y Guasdualito, pero el mandatario se encuentra colocando sacos de arena en los terraplenes y haciendo limpiezas en algunas de las cañadas. Para la fecha, no se ha visto pasar un solo camión con arena y las máquinas compactadoras, para tratar de fortalecer las agrietadas estructuras de los “muros de contención”.
Olga Casas es una señora de 57 años de edad y vive muy cerca del dique Mata Palo, ubicado en El Amparo. Casas manifiesta angustia al observar diariamente como poco a poco el agua va destruyendo desde abajo la estructura del muro de contención.
“Si el presidente ve esto, yo quisiera pedirle que por favor haga algo por nosotros. La semana pasada hubo una pequeña vaguada en la zona y eso puso a correr a toda esta comunidad. Si los ríos se desbordan como por ejemplo pasó en el año 2015, esto será una desgracia. Aquí no necesitamos sacos de arena, esos son paños de agua tibia, nosotros necesitamos que los refuercen, que los compacten mejor, o que nos los pongan de concreto como el Bolsa Creto, esa sí sería una solución definitiva para nuestros problemas de inundación”, testificó Olga Casas.
Las miles de personas que viven en El Amparo aseguran que con la crecida del río Arauca, los diques Mata Palo y el que se encuentra ubicado detrás del comando de la Guardia Nacional, son los que siempre colapsan y terminando inundando todo el sector y zonas aledañas, además de contribuir por supuesto, a debilitar el dique de la “curva 3”, que es el que se supone protege a Guasdualito en su totalidad, y claro, entre la crecida del río Arauca y con la ayuda del agua que entre desde El Amparo, quedan sumergidas las principales localidades del municipio Páez.
Según entrevistas hechas a funcionarios de Protección Civil radicados en la zona, con los casi dos meses que quedan de invierno, se corre un alto riesgo de una inundación parecida a la del año 2015, pues los rescatistas aseveran que, hasta ahora el invierno de este año ha sido considerablemente más agresivo en cuanto a precipitaciones y el incremento del caudal de los ríos en comparación con los años 2016 y 2017.
“Definitivamente este año las lluvias han sido más fuertes hacia las cabeceras de los ríos en el estado Táchira, y si se continúa así, aquí no alcanzaran los sacos de arena para tratar de contener el agua y todos los animales que llegan con ella. Aquí la solución es sin duda alguna, hacer de concreto todos los diques de la zona, no esa cosa de arena compactado porque eso con cada inverno se van debilitando”, aseveró un funcionario de Protección Civil que pidió mantenerse en el anonimato.
Mientras que el alcalde del municipio Páez refuerza los diques con sacos de arena y limpia algunos caños, los altoapureños claman a entes sobrenaturales para que el invierno vaya pasando con discreción, y puedan evitar así grandes pérdidas materiales, además también de revivir la incómoda experiencia que es pasar meses dentro de un refugio con cientos de personas, siendo víctimas de abusos por parte de las autoridades, y observando con melancolía como la naturaleza hace estragos en sus comunidades.