Ladrones terminaron llevándose una de las campanas, con las que todos los domingos son convocados los feligreses a participar de la celebración eucarística, en la Cuasi Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa del barrio Araguaney; una situación que indignó a la comunidad residente de este sector de la capital araucana.
Fue la misma comunidad y el Párroco de esta jurisdicción diocesana, padre Deisson Ramiro Mariño Gómez, quienes confirmaron lo sucedido la noche del día miércoles, frente a esta acción de la delincuencia. La sorpresa fue mayúscula para los feligreses, al darse cuenta ayer jueves del robo de esta campana en la Cuasi Parroquia del barrio Araguaney; campana cuyo precio oscila alrededor de los 5 millones de pesos.
“Los niveles de inseguridad en Arauca son alarmantes, que incluso llevan a que personas sin Dios ni ley, hayan sustraído una campana que se había colocado de manera provisional allí en el lugar donde se construye el templo parroquial de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa”, señaló el padre Mariño Gómez.
Señaló el sacerdote, que por iniciativa de la comunidad se había instalado esta campana hacía algunos meses, a una altura entre los 8 y 10 metros, a fin de convocar a los ritos eucaristícos de los domingos, en esta Cuasi Parroquia.
El sacerdote hizo un llamado a las personas que cometieron este ilícito, para que sintiendo temor de Dios, devuelvan la campana e indiquen al personal de la Cuasi Parroquia o las autoridades, el lugar donde se encuentra este elemento y «no untarse las manos con algo que es sagrado». El padre Deisson Mariño también demandó de la comunidad araucana y de poblaciones vecinas, como de la zona de frontera, el apoyo para que en caso de que se ofrezca o transporte este elemento, lo reporten a las autoridades competentes.
La campana tiene un peso aproximado de 50 kilos y es completamente de bronce; su costo supera los 5 millones de pesos, además de que el robo se convierte en un sacrilegio, al ser un objeto de culto sagrado, pues las campanas son tenidas como la voz de Dios que llama a su pueblo; un pecado gravísimo que según la Iglesia Católica, solo está reservado a la Santa Sede su absolución.
Desde la comunidad, como de la misma parroquia, se ha pedido a los habitantes de municipio de Arauca adelantar una campaña que permita en el menor tiempo posible, la recuperación de este elemento indispensable para el llamado de Dios a sus feligreses, cada domingo en el sector del barrio Araguaney.
por la voz del cinaruco.